Tras la batalla de los Alporchones, el Concejo de Murcia, para conmemorar la victoria, acordó nombrar a San Patricio, cuya festividad es el 17 de marzo, dia en que tuvo lugar la batalla, patrón de la ciudad y del reino, además de mandar pintar un retablo con su imagen y celebrar todos los años una procesión cívico-religiosa en su honor.

Los lorquinos acordaron, por voto de ciudad, levantar un templo al santo, lo que cumplieron al erigir en 1533 la insigne Colegiata de San Patricio sobre la primitiva iglesia de San Jorge.

San Patricio (385-461) es conocido universalmente como obispo y patrón de Irlanda ya que gracias a su acción evangelizadora logró convertir a buena parte de los reyes de los pequeños estados, dejando consolidada tanto la catolización de gran parte de los irlandeses, como una sólida estructura eclesiástica en aquel país. La imagen de San Patricio en Lorca no sólo ocupaba la advocación del principal templo, encontrándose representado en la fachada, el trascoro y el altar mayor, sino que además el Concejo, desde por lo menos 1556, tenía colocada una imagen suya en la puerta de San Ginés, lugar de mucho tránsito por confluir en él los caminos que procedían de Murcia, Cartagena y las poblaciones murcianas del Noroeste. Ya en el siglo XVIII, la Colegial lanzaría estampas de esta advocación, siempre hechas por artistas locales, de las que es buena muestra la grabada por Montesinos en 1764.

En la actualidad a San Patricio se le sigue considerando patrón de Murcia, siéndolo además de las policías locales de la capital y de Lorca. En la ex-Colegiata de San Patricio tiene lugar cada 17 de marzo una ceremonia curiosa. Su origen está en el año 1945, cuando el profesor Starkie, del Instituto Británico en España, visita Lorca para ver sus procesiones de Semana Santa y decide solicitar de la autoridades de Irlanda una reliquia del santo patrono para la iglesia lorquina. La iniciativa fue bien acogida y la reliquia llegó a Lorca en la festividad de San Patricio de 1951. Inmediatamente, a instancia del párroco de la ex-colegiata y en agradecimiento por el envío, se pidió una bandera de Irlanda para ser izada cada vez que se celebrase cualquier ceremonia en honor del patrón irlandés. La bandera fue concedida con el beneplácito del propio presidente de la República Irlandesa, y en representación suya vino a Lorca a entregarla el secretario de la embajada irlandesa en Madrid. Ondeó por primera vez en la balconada de San Patricio el 13 de abril de1952, después de la procesión del Domingo de Resurrección, a los acordes del himno nacional irlandés. Desde esa fecha se repite cada 17 de Marzo un acto identico.