De 1851 a 1853


Un grupo de estudiantes murcianos entre los que se contaban el poeta Jose Selgas y los futuros Presidentes del Casino, Antonio Gómez Carrasco (1862) y Francisco Nolla Orriols (1865), reproducen en Murcia las Mascaradas que habían visto en Madrid. 

La última noche de Carnaval recorren las principales calles, especialmente en los Barrios de San Antolín y San Agustín, con capuchones negros, hachas y un féretro con la Sardina, que terminan quemándola ante la expectación general. Así nació el antecedente del Entierro de La Sardina. 

Los dos años siguientes (1852-1853), continuaron las Mascaradas organizándose y evolucionando hacia la Cabalgata.


De 1854 a 1861


En 1854 se centra la organización en la Plaza de San Agustín, donde transportan una Sardina para ser depositada "en su palacio", instalado en el Casino. Desde los carros se reparten golosinas y hojas con versos. Se lee el Bando del Casino que después evolucionará a Testamento de La Sardina. Detrás de cada carro desfila una Banda de Música.

El Entierro de 1854 ya es un espectáculo consolidado. Los hachones y bengalas iluminan el recorrido nocturno (la luz eléctrica se instaló en Murcia en 1894).

Se pedía a los vecinos que pusieran en sus fachadas faroles, candiles o candilejas. También se desarrollaba el Bando De La Huerta asociado al Entierro.

En 1859 se inicia el desfile a las 7 de la tarde con miles de alumbrantes, en dos filas. Figuran cuatro gigantes representando a Europa, Asia, África y América, seguidos del carro de BACO, y otros, entre ellos uno figurando un teatro. Con música de violín; se parodiaba la última escena de la Ópera el trovador.

Desfilaba también un Bergantín, tirado por dos pares de bueyes ocultos al público, desde el que numerosos marinos simulaban pescar sardinas.

En 1860 llega la Sardina desde Cartagena y se le tributa una gran recepción. La financiación del Entierro, inicialmente soportada por el Casino, se hace por suscripción entre el Ayuntamiento, Casino, Círculo, Fondistas, Ferrocarril, Tiendas de Comestibles, Taberneros, etc. y murcianos pudientes.

La Reina, su esposo D. Francisco de Asís María De Borbón e hijos fueron huéspedes del obispo de la Diócesis Francisco Landería Sevilla, en su Palacio de la Plaza de Belluga, desde cuyos balcones presenciaron una reproducción ampliada, de la Mascarada que los murcianos presenciaron en el tercer día de Carnaval. El desfile tuvo lugar el sábado día 25 de Octubre.