Detalle de una paloma doméstica [Paloma]
Detalle de una paloma doméstica
Paloma en caldo de cocido [Paloma]
Paloma en caldo de cocido

    Las palomas domésticas, que en la actualidad pueblan las plazas y monumentos de la mayoría de poblaciones europeas, provienen de la paloma bravía o silvestre, originaria de África, Asia, Europa y Oriente Medio.

    La cultura romana introdujo la carne de paloma y de tórtola en su cocina, elaborando deliciosos platos que fueron recogidos en la obra De re coquinaria, escrita por el gastrónomo Apicio en el siglo I d.C.

    En algunas de las obras del Catedrático Emérito de la Universidad de Murcia, Juan Torres Fontes, la paloma aparece como un alimento notablemente apreciado por los habitantes de Murcia durante la Edad Media.

    En el libro 'Ornitología medieval murciana', Torres Fontes señala que ya por la época de la fundación de la ciudad de Murcia, siglo IX, multitud de palomas silvestres poblaban los márgenes del río Segura.

    Tras la Reconquista de la zona por parte de Alfonso X el Sabio se contabilizan todos los palomares existentes en el término, otorgando mayor valor económico a los ubicados en los campos y huertas que a los situados en el interior de las poblaciones. Algunos textos recogen testimonios de la actividad ilegal de caza de palomas llevada a efecto, en no pocos casos, por agricultores cansados de ver como se comían las simientes de sus sembrados. Estos hechos continuaron en siglos posteriores e, incluso, llegaron a ser denunciados en las Cortes de Castilla.

    Torres Fontes hace referencia también al precio de las palomas durante el siglo XV, señalando que el importe de esta ave estaba condicionado por la variedad, aunque solía oscilar entre 2,5 y 5 maravedíes.

    Ya en el siglo XVII la paloma se introdujo en Norteamérica a través de los países del Norte de Europa.

    Gastronomía

    En la actualidad el consumo de palomas es bastante reducido en la Región de Murcia (donde existe una gran afición por la colombicultura). En el mercado apenas se encuentran ejemplares para su adquisición, teniendo que encargarlas en muchas ocasiones.

    A la hora de comprar algún ejemplar se pueden disponer de animales enteros desplumados y limpios, o bien troceados, donde se han separado pechugas y alas.

    Para adquirir palomas jóvenes es necesario que sus patas carezcan de escamas, con textura suave y flexible, así como que la piel muestre tonalidades rosáceas.

    Debido al reducido tamaño de las palomas, éstas se elaboran en recetas que no supongan una exposición directa a intensas fuentes de calor, evitando preparaciones a la plancha o a la brasa.

    Sin embargo, agradecen diferentes guisos con especias y verduras (por ejemplo a la cazadora), escabeches, asados, salsas o estofados.