Un limero perfumara nuestro jardín [Naranjas]
Un limero perfumara nuestro jardín
Julio Pedauyé Ruiz
Una rama de limón y otra de mandarina [Naranjas]
Una rama de limón y otra de mandarina
Julio Pedauyé Ruiz

    Para aquellos que tengan la suerte de disponer de un pequeño huerto o jardín, el cultivo de los cítricos, en nuestras latitudes, resulta extremadamente aconsejable por las siguientes ventajas frente a otros frutales:

  • Son árboles que no alcanzan grandes tamaños y, por tanto, no resultan inconvenientes si no se dispone de suficiente terreno.

  • Sus cuidados son muy escasos, sólo algún riego en primavera y verano para que los frutos adquieran tamaño.

  • En primavera su floración de azahar perfumará nuestro jardín con un aroma inigualable.

  • Sus frutos pueden ser recolectados a lo largo de un período de tiempo suficientemente dilatado como para ser consumidos en casa o regalado a vecinos, amigos o familiares.

  • En un mismo árbol podemos tener varias clases de naranjas, o naranjas y limones, o mandarinas y limones, bastará para ello que injertemos cada rama de una variedad.

  • Admite bien las podas de formación, lo que resulta muy interesante en determinados jardines para distribuir los espacios. No obstante hemos de tener en cuenta que, tras una poda severa, el árbol se defiende disminuyendo o anulando su producción de frutos ese año.

  • Al ser árboles de hoja perenne son bastante limpios y, además, sus frutos atraen pocos insectos molestos como las avispas.

    Conviene recordar aquí que las naranjas de los árboles que decoran las calles y plazas de nuestros municipios no son aptas para el consumo humano, porque la piel del fruto absorbe todos los gases y productos tóxicos derivados de la polución de las ciudades. Precisamente la cáscara de este tipo de naranja es el ingrediente fundamental de la mermelada amarga que se exporta principalmente a Gran Bretaña, Irlanda y los Países Escandinavos.

    A diferencia de otras frutas, las naranjas no continúan su proceso de maduración una vez cosechadas, por lo que su calidad depende de que se haya elegido el momento justo para recogerlas y, otra curiosidad, los años en que hace poco frío en otoño, como éste en que nos encontramos, la naranja retarda su madurez, al revés de lo que ocurre con las demás frutas, las cuales maduran mejor y más pronto con el calor.