Solomillo relleno
Solomillo relleno
Solomillo relleno. Cortado a rodajas
Solomillo relleno. Cortado a rodajas
M.D. Baró

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Presentación del plato:

En nuestra tierra, los cerdos chatos, también llamados marranos, chinos, cochinos o gorrinos, formaron parte importante de la dieta de huertanos y campesinos durante la primera mitad del siglo pasado. Este generoso animal, alimentado con restos de la cocina y subproductos de la huerta y el campo, y atado por la pata las más de las veces a un árbol -cerdo soguero-, constituía la despensa de carne y chacinas que, en las épocas de escasez de otros alimentos, fundamentalmente en el invierno, constituían ese aporte imprescindible de proteínas de calidad y de grasas de alto poder calórico. No recuerdo quién dijo aquello de que ¿No el perro sino el cerdo es el mejor amigo del hombre.

Del cerdo se aprovecha HASTA LOS ANDARES, por eso en tiempo de escasez lo que no faltaba era un "chinico en casa".

Se hacía embutido, se aprovechaba su carne, su sangre, su careta, sus paticas, su rabo... todo.

Por la fama de "ahorro" que tiene el animal se hicieron las huchas, con forma de cerdo, un símbolo de ahorro.

Hoy vamos a cogerle el solomillo, tan rico y tierno, para hacerlo relleno. Una receta que da mucho juego y seguro que os encantará.

Ingredientes : para 6 raciones

Para el solomillo:

- 2 solomillos de chato murciano (o de cerdo blanco)
- 1 huevo
- Un trozo de chorizo de jabugo
- 2 dientes de ajo
- Perejil fresco
- Pimienta
- Piñones
- Sal

Para la salsa:

- 2 tomates maduros
- Una cebolla
- Una zanahoria gorda
- Un chorrito de vino rosado o blanco
- Una patata
- Aceite de oliva
- Pimiento molido
- Pimienta
- Sal
- Agua hasta cubrir

Elaboración:

Esta receta permite ponerle toda la creatividad que queramos porque tanto en el relleno como en la salsa colocaremos lo que más nos guste, o lo que tengamos...

Primer paso: rellenamos la carne

Cuando compremos los solomillos le pediremos al carnicero que nos los abra con cuidado de no romperlos porque son para rellenarlos.

Cortamos el chorizo y el huevo en trocitos de tamaño similar, preparamos el perejil, el ajo laminado y los piñones. Ahora colocamos todo esto bien repartido a lo largo de la carne.

Si deseáis cambiar el relleno podéis añadirle pasas, bacón, daditos de queso,  unos trocitos de champiñón, jamón serrano, guisantes...

Cerramos y atamos con un hilo especial para cocinar. Una vez que los tengamos, enharinamos para sellar bien todos los poros y se nos quede más compacta.


Segundo paso: freímos

Freímos los solomillos en una sartén grande, doramos y reservamos.

En la olla ponemos agua (la suficiente para que la carne quede cubierta) y la dejamos que se caliente.

Tercer paso: preparamos el sofrito

Y como en todos los guisos, tiene que haber un buen sofrito que haremos en la misma sartén de los solomillos.

Pelamos y cortamos los tomates en trozos o bien rallados, lo ponemos en la sartén. También incorporamos la cebolla (cortada o rallada) y la zanahoria bien lavada y cortada en aritos. Rehogar todo junto en la sartén y terminar con una cucharadita de pimentón dulce murciano.

Echamos a la olla el sofrito y también los solomillos, tendremos el agua caliente.


Cuarto paso: cocemos

Antes de cerrar la olla y dejar que cueza, enriqueceremos, aún más, nuestro plato.

Para ello verteremos un chorrito de vino blanco o rosado (el tinto oscurecería demasiado) y ponemos una patata, que nos ayudará a conseguir un caldito más espeso.

Nos aseguramos de que el agua cubra nuestros ingredientes, rectificamos de sal y cocemos durante 15 minutos en la olla a presión.

Quinto paso: guarnición

A este bocado le va genial unas patatas fritas en cuadritos o cocidas, un poco de arroz rehogado o bien unas verduritas al vapor.

Presentación en mesa y acompañamiento:

Una vez que los tenemos cocinados, retiramos los hilos y cuando se enfríe los cortaremos en rodajas de un centímetro de grosor.

La salsa podemos triturarla o bien dejarla con algún trocito de zanahoria que encontraremos.

En los platos pondremos tantas rodajas como deseemos y salsearemos, sin olvidarnos de la guarnición.

Como un buen plato de carne lo maridaremos, de nuevo, con un buen tinto y la salsita es perfecta para consumirla con "sopas de pan de pueblo".

BUEN APETITO