La Distribución Arquitectónica

El Restaurante Floridablanca es un barco de madera ubicado dentro del Mar Menor. Con varias terrazas mirando al mar y otra, mirando a la playa, cuenta con una larga pasarela de acceso desde el paseo marítimo de Lo Pagán, hasta la entrada del Restaurante. Antiguamente, bajo esta pasarela había mar. Desde 1980 hay arena de una playa artificial.

En su interior cuenta con diversos salones de los que varios miran al mar, otro ocupa la proa del barco, el camarote del Capitán (así lo llamaba Alberto Orsi), otro salón junto a la cocina, y otro que contiene la vitrina de los recuerdos y los premios gastronómicos que, a lo largo de los años, le han sido concedidos al Floridablanca.  Dentro de esta vitrina conserva Fuensanta fotos de su marido y una maqueta grande de un barco realizada por un pescador amigo suyo.

Sus salones no solo albergan comensales sino que, de vez en cuando, despiertan el interés de personas “con sensibilidad” que organizan lecturas de poemas junto al mar sereno a la luz de las velas, así como otros eventos culturales. Algunos de estos personajes literarios han dejado poemas dedicados al Restaurante del  mar y al amor de Fuensanta por Alberto Orsi, que la propietaria ha enmarcado y que hoy decoran los salones junto con fotos de viajes, reportajes de periódicos sobre el Floridablanca, y diplomas que les fueron concedidos gracias al gran esfuerzo que tanto ella como su marido, hicieron durante muchos años.

Desde las terrazas se pueden observar grandes bancos de crías de mújoles que acuden de forma masiva cuando se lanzan mendrugos de pan al mar. Éste, nos confiesa Fuensanta, es uno de sus entretenimientos matinales y también de los niños cuando acuden los fines de semana a comer con sus padres.