REFRANES SOBRE EL AJO


El origen del ajo se encuentra en Asia Central, sin embargo Chinos y Egipcios ya lo utilizaban en la más remota antigüedad: alimentaban con ajos a los esclavos que construían las pirámides porque creían que les aportaba energía. Las propiedades saludables del ajo como condimento y medicamento eran bien conocidas por los antiguos egipcios, hebreos, griegos y romanos. En Grecia y Roma el ajo se consideró también un potente afrodisíaco. Durante la época medieval se usó el ajo para librarse de brujas, vampiros y malos espíritus; y durante la II Guerra Mundial se utilizó como remedio contra las heridas.

Desde Asia Central el ajo se extendió por el área mediterránea y, desde allí, al resto del mundo. Los comerciantes europeos propicaron la distribución de modo que el ajo se convirtió en un ingrediente básico en todo el mundo, usado para condimentar muchos alimentos. A finales del siglo XIX, los españoles lo introdujeron en el continente americano.

El ajo es un condimento indispensable en la cocina popular y constituye la base de muchas especialidades culinarias.


- A quien ajo come y vino bebe, la víbora no le muerde.

- Las sopas de ajo, hasta llegar al tajo.

- Para las grietas del labio, cascarilla de ajo.

- En el mes de enero, siembra el ajo el ajero.

- Con pan y ajo crudo, se anda seguro.

- Tan sano es el trabajo como la sopa de ajo.

- En tiempo nevado, un ajo vale lo que un caballo.

- No hay campana sin badajo, ni sopa buena sin ajo.

- Ajo cebolla y limón y déjate de inyección.

- Si quieres salir de ajero, planta los ajos en febrero.

- Por San Blas, planta ajos y comerás.

- Cada día que pasa de enero, pierde un ajo el ajero