Producciones importadas

     Desde el siglo III una profunda crisis afecto a buena parte del Imperio Romano. La inestabilidad política y militar se tradujo, entre otras cosas, en el retraimiento de lo que antes habían sido florecientes centros urbanos. La población se traslada al campo, buscando nuevas formas de vida que sustituyeran a otras en decadencia (por ejemplo, la minería).

     Sin embargo esto no supuso la ruptura o desaparición de las relaciones comerciales; aunque disminuyen las inversiones en obras públicas o decaen la producción y compra de productos de lujo, las necesidades básicas siguen siendo las mismas y por tanto debían ser satisfechas.

     En los yacimientos y contextos arqueológicos de época tardorromana en la región son abundantes las producciones procedentes del norte de África. Estas corresponden tanto a cerámicas de almacenamiento, principalmente recipientes anfóricos que contenían salazones, y vajilla de mesa, la llamada sigillata africana, cuya principal característica es su color anaranajado. Este tipo de cerámicas, cuya fabricación en diferentes talleres y con diferentes acabados o decoraciones se prolongó durante más de cinco siglos, es común en los yacimientos murcianos, lo que documenta la intensidad y frecuencia del comercio durante la Antigüedad Tardía.

Producciones locales

     Una de las principales actividades económicas en el sudeste durante la antigüedad tardía fue la producción alfarera, vinculada a la floreciente industria de salazones. Junto a las factorías de salazones se ha documentado el desarrollo de una actividad industrial alfarera, destinada a proveer a las industrias del salazón los recipientes contenedores necesarios para el desarrollo de su actividad. Además de ánforas y otros recipientes de almacenamiento, también se producía cerámica de mesa, cerámica de cocina o material constructivo.

     Por lo general se trata de cerámicas con acabados poco cuidados, en ocasiones presentan engobes, las de cocina acanaladuras en su superficie exterior; los tipos de decoración más frecuentes es la decoración incisa (bandas horizontales hechas con un peine fino o un punzón), aplicada (mamelones de forma redondeada aplastadas sobre la superficie exterior) e impresa (impresiones digitales realizadas en los asideros).