Evolución Cronológica
El vidrio romano
La época romana había constituido el momento de mayor esplendor en la fabricación del vidrio a lo largo de sus cuatro milenios de historia. De ser un objeto de lujo pasó a ser un utensilio de uso cotidiano y frecuente en todos los ámbitos de la sociedad romana. Una revolución tecnológica, la invención de la técnica del soplado, permitió este gran paso adelante, que junto con lo barato de la materia prima, y las redes comerciales ya existentes, permitió su difusión a lo largo y ancho del Imperio Romano.
El vidrio en la Tardoantigüedad
A partir del siglo III se constata un nuevo modo de producción, consecuencia directa del cada vez más importante peso del mundo rural; aunque los talleres urbanos siguen fabricando vidrio, pues la demanda continua, se consolida un mercado rural basado en la existencia de numerosos artesanos sopladores ambulantes, que trabajan en amplios territorios. Estos artesanos, reutilizaran el vidrio fragmentado, roto, que vuelven a soplar en hornos provisionales, fabricando nuevas piezas que intercambian por otros materiales; algo parecido a los buhoneros medievales.
A partir del siglo V, coincidiendo con la inestabilidad política y militar, y la profunda crisis económica, se produce una fuerte retracción de las denominadas artes suntuarias. Esta crisis afectaría al vidrio, que sigue produciéndose y fabricándose porque existe una demanda, tanto urbano como rural, pero que no llega a alcanzar nunca la calidad de los vidrios romanos. Apenas hay decoración, la calidad del propio vidrio y se reduce drásticamente la variedad formal.
Aunque su fabricación disminuye, al menos comparada con la época romana y con la posterior andalusí, y se convierte en un objeto poco frecuente en los yacimientos de este período, no por esto se convirtió en una pieza de lujo. Su producción sería más cara, pero no lo suficiente para que sólo aparezca en contextos ricos, ya que aparece en espacios domésticos urbanos o viviendas rurales.