Importaciones y producciones locales

     Durante época moderna, desde el XVI hasta el XVIII, se documenta en los principales centros urbanos de la Región (Murcia, Cartagena y Lorca) un aumento de las producciones procedentes de otras regiones peninsulares (Valencia, Talavera o Cataluña) y de las importaciones (generalmente procedente del área ligur y la toscana, aunque también hay hallazgos ocasionales de porcelana china).

     Este aumento de las importaciones no quiere decir que las producciones locales quedaran abandonadas; la excavación de un alfar del XVI y XVII en la calle San Agustín de Murcia, además del complejo alfarero de la calle Arrixaca, sirvió para situar el centro de producción de un tipo de cerámica que aparece en todos los contextos modernos de yacimientos murcianos, tanto urbanos como rurales. Murcia, cuya cerámica, especialmente la de reflejo metálico, había alcanzado un gran renombre durante época andalusí, experimentó un retroceso durante los siglos XIV y XV, cuando parece predominar la cerámica de origen valenciano.

Principales centros alfareros

     De época moderna, se conocen varios arrabales alfareros en la ciudad de Murcia, los barrios de Santa Eulalia y la Arrixaca, que producen una cerámica de buena calidad y bajo coste. Además, recientes excavaciones en Lorca han sacado a la luz otro importante complejo alfarero, en uso al menos desde época romana, y que perduró con continuas transformaciones en época islámica, bajomedieval, moderna e incluso en el siglo XIX. La excavación del alfar lorquino ha servido para identificar numerosas áreas de una alfarería (la zona de torneado, de secado, las balsas de decantación, vertederos ¿etc), además de atestiguar arqueológicamente la dilatada tradición alfarera en Lorca.

     Otras ciudades también poseían alfares. Mula, Librilla, y Aledo tuvieron producciones cerámicas bien conocidas en el siglo XVI algunas de las cuales han perdurado prácticamente hasta la actualidad.