En el lado derecho del camino antes de iniciar la última ascensión, que nos llevará a un pequeño valle existente en la cumbre, se encuentra el pozo.

El viajero a de ir muy atento si quiere verlo, pues se encuentra escondido entre los pinos y la jara verde que es muy abundante en la zona.

Los naturales de la zona habían oído hablar de él, pero ni lo habían visto ni sabían el lugar exacto de su emplazamiento.

El Pozo se encuentra en total estado de ruina, tan sólo cuenta con el alzado sur en pie; testimonio de su antigua cúpula cónica son algunas tejas que entre las matas pugnan por no desaparecer completamente.

Su planta, como es costumbre, es circular, teniendo unos 9 metros de diámetro, al igual que la altura de sus paredes.

Los materiales que son utilizados a la hora de realizar el pozo son los más normales en este tipo de construcciones, en este caso se trata de mampostería y yeso. Como era también costumbre y aunque no todos se mantienen en pie, aún se pueden ver los contrafuertes que servían de apoyo a los alzados, sobre todo cuando el pozo se encontraba lleno.

La profundidad del mismo es difícil de calcular, ya que se encuentra en gran parte colmatado por los restos que se han ido cayendo de su parte superior.

La hiedra del lugar a envuelto el último alzado que aún se mantiene en pie, escondiéndolo aún más si cabe a los ojos del visitante.