A las a fueras de Abanilla, en una de las laderas colindantes con la fábrica de Aglomerados y Áridos, aparece uno de los pozos de nieve que surtirían a esta población y a la de Orihuela de tan preciado producto.

Se llega hasta él a través de la carretera de los Carrillos, tomando el desvío por donde acceden los numerosos camiones que recorren la pista asfaltada hasta la fábrica de conglomerados y áridos.

Escasez de restos conservados

El pozo está escondido por la maleza que crece por la ladera. Está completamente en ruinas, no queda nada de la cúpula exterior, es probable que muchos de sus restos sean los que actualmente se encuentran en el interior colmatando el depósito que albergaba la nieve.

Se ha perdido en su totalidad el camino que debía de subir a sus proximidades, aunque aún se pueden observar algunas paredes de contención medio derruidas que en su día debieron estar cuidadas por los arrieros que transportaban la carga del pozo.

Tampoco se puede percibir ninguna clase de restos en cuanto a la casa o edificaciones que esta clase de construcciones solían tener anejas al lugar donde se encontraban y que servían de refugio a los trabajadores, animales y material que se utilizaban para las labores de la 'recogida' de la nieve. A pesar de la escasez de vestigios, aún se puede observar el interior de mortero, cal y arena, compuestos característicos de la mayoría de los pozos de la Región de Murcia.

Parte de su deposito está excavado en la roca, aprovechando también el talud de la ladera como protección, característico de esta clase de construcciones. En su interior aún se pueden ver restos de grandes piedras, tejas y argamasa que debieron de constituir la parte visible de la edificación.