Situada sobre el curso del Río Luchena, en la Sierra de Culebrina y perteneciente al término municipal de Lorca se halla la Presa de Valdeinfierno, grandioso ejemplar de construcción hidráulica que, aunque hoy está en desuso, se conserva íntegra.

Comenzó su construcción el 1 de Marzo de 1785, y el apoyo de Floridablanca fue esencial para conseguir su necesaria construcción en breve tiempo.

Terminada una primera fase en 1806 aún en 1892 se añaden quince metros más, siendo hasta ese momento empleada sólo como presa, ya que carecía de compuertas de fondo, estas no se instalan hasta el año 1953.

Se produce una nueva reforma en 1960, modernizándose y reformándose para una mejor explotación, época en la que se aprobó el Plan General de Mejora del Regadío de Lorca, incluido en el Plan General de Obras Públicas.

La gran riada del año 1973 demostró la validez del embalse, ya que el agua quedó a tan sólo 40 centímetros del borde de la presa, aguantando perfectamente la tremenda avenida de agua.

La presa de Valdeinfierno tiene una planta poligonal, de siete lados, el perfil de la presa antigua puede dividirse en dos cuerpos escalonándose la diferencia en tres taludes distintos.

El cuerpo superior es de forma trapecial, y cinco metros de altura, prolongándose en la misma vertical el paramento de aguas arriba.

Su fábrica es de sillería en ambos parámetros y al interior rellena de mampostería de cal.

Siguiendo el recorrido de la presa, y accediendo por unos escalones, llegamos a un pequeño complejo con varias viviendas, en las que en su momento habitaban las familias, al menos cinco, de los encargados del mantenimiento y buen funcionamiento del embalse.

En el interior de una de las viviendas se ubica una pequeña ermita, construida para que estas gentes pudieran practicar culto y pedir protección contra las avenidas.