Pozo de Nieve de Don Eleuterio

Se trata del pozo más alejado en el recorrido que se ofrece al visitante del conjunto de pozos de nieve de esta Sierra. Tal vez por esta razón sea el más interesante de visitar ya que hay que hacer un esfuerzo para llegar hasta el bosque de pinos cerca de la cota máxima de sierra, en la que la vegetación esconde este centenario inmueble.

Hay que estar muy atento para vislumbrar, entre los pinos y la incipiente vegetación, los restos de este pozo.

Se encuentra en un estado de ruina bastante avanzado, aunque aún se mantiene en pie un pequeño lienzo de 1,5 de altura que se niega a ser vencido por el tiempo y la climatología. El abandono ha ocasionado que la cúpula que lo cubría acabase cayendo, colmatando parte de su interior.

El pozo tiene una estructura circular con un diámetro en torno a los seis metros y una profundidad de unos cinco mientras que su alzado no llega ni a los dos metros. Se pueden observar parte de uno de sus antiguos contrafuertes, que servían de sustentar esta delicada estructura. 

Está construido en piedra trabada con argamasa y excavado en el suelo. En su cámara se iba depositando la nieve y se iba pisando a su vez para convertirlo en hielo y así aguantase más tiempo, luego se cubría con vegetación para su mejor mantenimiento. El trabajo al que se sometía a los peones llegaba a ser tan duro que los peones debían de llegar a turnarse cada dos horas para no morir por congelación.