Esta batería se encuentra situada en la bocana del puerto de Cartagena, en el llamado frente izquierdo o frente de levante, a los pies del cabezo de San Pedro (una estribación rocosa en las faldas del monte de San Julián), cerca de la popular y pequeña playa Calacortina. Este enclave de las fortificaciones portuarias se sitúa entre las baterías de San Leandro y la de Santa Ana Acasamatada.

     El acceso se realiza desde Cartagena, por la carretera que corre paralela al barrio de Santa Lucía y las instalaciones portuarias, en dirección al muelle de La Curra. Antes de llegar a éste, se toma el desvío hacia el valle de Escombreras, a la izquierda, y a unos cien metros, tras pasar la batería de San Leandro, se encuentra el control de accesos a los enclaves defensivos de San Isidoro y Santa Florentina, y Santa Ana Acasamatada y Complementaria. Esta batería es propiedad del Ministerio de Defensa y su entrada no está abierta al público.

     Los orígenes de esta batería se han de situar en el siglo XVIII, cuando, en el contexto de las grandes obras militares en la ciudad, se realizan diversas acciones que culminan con un muy completo despliegue artillero en la bocana. Originariamente, eran dos las baterías (de ahí su nombre), pero en un momento quedaron unidas para siempre por una cortina. La construcción de aquella centuria se limitó a unas plataformas donde emplazar piezas de artillería y proteger a sus sirvientes tras los merlones y parapetos, además de crear pequeños repuestos y polvorines para el almacenaje de las municiones. Pero, conforme al Plan de Defensa de 1860, el edificio fue adquiriendo mayor envergadura, hasta las reformas que se llevaron a cabo a finales del siglo XIX, cuando se le da el aspecto actual, con bajos perfiles, casi enmascarados en la costa, moldeados con hormigón.

     Está declarada Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.