Calle Mayor de Cartagena

    El estilo Barroco de la Calle Mayor se puede observar en la forma de su trazado, prácticamente recto aunque con una leve ondulación. Esta característica refleja cómo se adecuó la construcción de la calle a las necesidades de distribución de los espacios dentro del recinto amurallado de la ciudad.

    La principal función de esta calle era la de comunicar el centro de la ciudad con el mar. El eje viario que formaban la Calle Mayor, la Plaza de San Sebastián, la Puerta de Murcia y la Calle del Carmen estaba considerado como el único camino, casi obligado, para penetrar o abandonar la ciudad. Esto es lógico, si tenemos en cuenta que la tripulación de todos los barcos que llegaban al puerto debía acceder a la ciudad a través de estas calles.

    Aunque el trazado de la Calle Mayor es de estilo Barroco, las construcciones que en ella podemos contemplar pertenecen a épocas distintas, ya que la evolución histórica y arquitectónica de la zona dio lugar a la coexistencia de edificios de diversos estilos artísticos (Barroco, Moderno, Ecléctico y Contemporáneo). Ello nos permite establecer una cronología aproximada para esta calle entre los siglos XVIII y XX, siendo el siglo XIX el momento de mayor esplendor debido a la predilección que las familias burguesas más adineradas sintieron por este lugar. Prueba de ello es el establecimiento en esta calle de residencias, negocios y centros de ocio relacionados con esta burguesía.

    En estos edificios encontramos algunas de las más importantes muestras de la arquitectura modernista y ecléctica de los años finales del siglo XIX y  primeros del siglo XX.

    Entre las construcciones más notables ubicadas en esta calle podemos citar algunas como la Casa Llagostera, realizada por el arquitecto Víctor Beltrí y el ceramista Gaspar Polo en 1916; la Casa Cervantes, de estilo modernista y construida también por Víctor Beltrí entre 1897-1900; el Casino de Cartagena, construido en el siglo XVIII y reformado en diversas ocasiones durante el siglo XIX; el Edificio Serrat, residencia de estilo modernista realizada a principios del siglo XX; y la Iglesia Castrense de Santo Domingo, de estilos Barroco y Ecléctico, y fechada entre los siglos XVIII y XX.