Las instalaciones de esta fábrica se sitúan a mediodía de la pedanía de Javalí Viejo, junto a la margen izquierda del río Segura.

Aunque se trata de unas instalaciones industriales para la fábrica de pólvora y distintos explosivos, cabe destacar la portada de su entrada, de sillares de piedra y coronada con el escudo real de Isabel II, resaltando además las columnas jónicas y los dinteles.

A la derecha de la fábrica se encuentra la capilla dedicada a Santa Bárbara, patrona del cuerpo de artillería y advocación de gran devoción para los habitantes de la villa.

La Fábrica Nacional de Pólvora Santa Bárbara fue instalada por Real Orden el 1 de julio de 1747 tras incautación del viejo Molino Alto de la acequia de la Aljufía, molino para pólvora concedido en 1633 a Francisco Berastegui y Lisón, esposo de Giomar Carrillo, dueña del mayorazgo de Javalí Viejo.

La larga vida de esta fábrica no estuvo exenta de accidentes graves que costaron la vida de muchos operarios y militares, sin embargo constituyó siempre una gran fuente de riqueza laboral para las pedanías de Javalí, La Ñora o Alcantarilla.

Historia

Poco a poco se fueron añadiendo tierras para aumentar la dimensión del complejo de talleres que conformaban esta fábrica.

En el año 1802 se hizo cargo de la fábrica el arma de Artillería del ejército y entre 1810 y 1812, debido a la guerra de la independencia, se trasladaron parte de sus dependencias a Alicante y Tabarca, donde se establecieron molinos de tracción animal. Tras este conflicto y a pesar de la crisis económica, no dejó de ampliar sus instalaciones y modernizar sus técnicas.

Entre 1857 y 1858, además de enviar comisiones de ingenieros militares a Europa para estudiar nuevas técnicas y materiales, se solicitó a la fábrica  un puente frente a la villa de Alcantarilla para evitar la ruta que los convoyes de explosivos que atravesaba la ciudad de Murcia. Y en 1865 se fusionaría administrativamente con la Fábrica del Salitre de la ciudad de Murcia.

Antes de la Guerra Civil, entre los años 1916 y 1931, se ampliaron los talleres de la fábrica y se introdujo la producción de pólvora de nitrocelulosa y nitroglicerina.

En 1937 sería bombardeada por la aviación del bando nacional. Tras la contienda, en 1946, se crearía una nueva línea férrea en la vía de Madrid-Albacete, con la nueva estación de Santa Bárbara, para evitar el paso de los vagones por Alcantarilla. Se añadirían cincuenta tahullas más de terreno a las instalaciones entre 1955 y 1959 por medio de la expropiación de terrenos de cultivo.