Las ruinas de esta fortificación se encuentran enclavadas en un puntal rocoso que se levanta sobre su entorno inmediato.

Es un lugar estratégico que, vigilante sobre los pasos naturales del Puntarrón y La Majada, conectan el valle del Guadalentín con la marina de Mazarrón.

Actualmente sólo quedan de este castillo los restos de una serie de estructuras arquitectónicas construidas utilizando la técnica del tapial, distinguiéndose aún muros y arranques de torreones, así como un aljibe situado en su interior.

Escasez de datos

Son muy escasos los datos que se tienen de la fortaleza de Aguaderas. No obstante, al estudiar ciertas estructuras defensivas de su entorno con las que se podrían establecer algunos paralelismos, su construcción se podría datar en torno al siglo XII, cuando, en época islámica, se produce una considerable presión demográfica en las áreas rurales, distribuyéndose éstas a través de diferentes alquerías que, en este caso, salpicaban las sierras prelitorales del Reino de Murcia.

Aguaderas pudo ser entonces un hisn, o fortaleza rural que centralizaba las labores defensivas y administrativas de un territorio determinado.

Esta fortificación se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.