El estudio de las grandes necrópolis (cementerios) a principios del siglo XX dio como resultado el nacimiento de una nueva disciplina dentro de la arqueología, aunque fue en los años 60 cuando se establecen los postulados de la Arqueología de la Muerte moderna.

Mediante el estudio de las sepulturas, los restos óseos que en ellas se encuentran y el ajuar que les acompañan, intenta comprender la articulación de la sociedad que lo enterraba y el trasfondo religioso o trascendental que rodeaba el ritual de enterramiento.

En la actualidad cualquier estudio sobre necrópolis que se lleva a cabo debe ir de la mano de esta corriente así como de sus métodos propios de investigación e interpretación.

La primera premisa que tiene en cuenta es que toda sepultura se trata de un depósito arqueológico intencionado Esto es, al contrario que un edificio en ruinas, en las que puede quedar o no restos cerámicos o cualquier otro material, en una sepultura todo el material que se introduce responde a una intencionalidad manifiesta. Es labor de los arqueólogos averiguar cual. Por ejemplo, en la época clásica los griegos se enterraban con una moneda en la boca para pagar al mítico barquero Caronte y que en su barca le ayudará a cruzar el río Estigia que separaba el mundo de los vivos y el Hades.

Para el estudio de la Arqueología de la Muerte es muy importante el ritual funerario. Este estudio se debe hacer reconstruyendo paso por paso todo el proceso de dicho ritual con los datos obtenidos en la excavación de la tumba y del ajuar que acompaña al enterramiento.

Son muchos los aspectos que se debe tener en cuenta al estudiar un enterramiento; no sólo es la posición de los huesos o el análisis osteológico de los restos. Los rituales previos, como la inutilización de las armas del guerrero en el caso de los enterramientos ibéricos, o la formación del depósito arqueológico, la sepultura, el enterramiento el ajuar que le acompaña. Incluso el estudio del momento posterior a efectuarse el enterramiento es crucial, pues se puede conocer cuanto tiempo se ha mantenido la sepultura y por tanto, la memoria del inhumado.

Estudios de Arqueología de la Muerte permite obtener información sobre clases sociales, religiosidad, paleopatologías o relaciones de género.