Yacimientos

| Playa de la Isla

| Punta de Gavilanes


Este período se caracteriza por la fuerte influencia de los pueblos colonizadores (fenicios y griegos) en el desarrollo económico de los pueblos asentados en las costas del Mediterráneo Oriental y en los terrenos interiores limítrofes con ellos.

En la región de Murcia el estímulo viene suscitado por las instalaciones fenicias localizadas en las provincias de Málaga y Granada, si bien algunos puntos del litoral murciano se convirtieron en puntos de recalada de naves fenicias, al menos desde mediados del siglo VIII a.C. Es el caso del yacimiento de Punta de Gavilanes, en el que se documentó material cerámico de adscripción fenicia, o de Playa de la Isla, donde se encontraron dos pecios fenicios junto a gran cantidad de material cerámico. Se localizan en la desembocadura de la Rambla de las Moreras que debió constituirse como una de las principales vías de entrada de estos nuevos estímulos, al conectar el litoral con el interior a través del valle del Guadalentín. Estos lugares actuaron como centros redistribuidores no sólo de mercancías, también de ideas y tecnologías que sirvieron de estímulo para una gran transformación cultural, social y económica que se inició durante el Hierro Antiguo.

Se extiende una nueva técnica ceramística, con la difusión del torno, lo que se traduce en transformaciones en los modos de vida; aumenta la actividad metalúrgica, con el trabajo del hierro, con lo que conlleva en el desarrollo de poder económico; se planifica los hábitat, ampliándose los espacios habitacionales y creándose espacios reservados para el ejercicio de determinadas actividades económicas y se generaliza la incineración en el ritual funerario.

Estas transformaciones se documentan en diversos yacimientos repartidos por el interior de la Región, normalmente emplazados junto a cauces de ríos y en las proximidades de ramblas. Uno de los más importantes es el Castellar de Librilla, poblado en el que se documenta una cronología que abarca desde el siglo VIII a.C. hasta el IV a.C., es decir, el Bronce Final, Hierro Antiguo y Hierro Pleno. En las proximidades del Río Segura se conoce el Cabezo de la Rueda (Alcantarilla) y el poblado de Santa Catalina (Murcia). Otros yacimientos se sitúan en torno al Valle del Guadalentín, una de las principales vías de comunicación desde la Prehistoria, como Fuente Amarga (Alhama de Murcia) o la Torre Sancho Manuel (Lorca), donde se excavaron varias estructuras asociadas a gran cantidad de material cerámico fechado en un período comprendido entre el Bronce Final y el Hierro Antiguo.