Salto de la Novia [Ulea]
Salto de la Novia

Restos conservados

Se trata de un poblado construido sobre la ladera del monte que desciende hacia el cauce del Río Segura. Por sus flancos occidental y oriental se conservan fragmentos de muralla que cierran el asentamiento. Junto a la carretera, se observan algunos restos de casas construidas en mampostería, de planta casi cuadrangular, conservándose algunos alzados que superan el medio metro de altura.

Junto a la carretera de acceso se pueden observar algunos de los restos de estas viviendas construidas en torno a lo que parece una calle escalonada. El poblado está construido sobre aterrazamientos artificiales.

Junto a los restos constructivos aparecen también abundantes restos cerámicos que han servido para fechar el yacimiento. Entre las cerámicas las hay de cocina, cerámicas de almacenamiento y abundantes fragmentos de sigillata africana e hispánica.

La cerámica

Este tipo de cerámica fue utilizada durante el Imperio Romano como vajilla de mesa, cerámica más fina que la común o la de cocina, ya que el barniz que la cubría era prácticamente impermeable, siendo por tanto idóneas para contener alimentos.

La cerámica sigillata fue producida en cuatro regiones diferentes, tomando la producción el nombre del lugar en la que fue fabricada. Así, la sigillata Aretina de Arezzo (península itálica), la sudgalica (sur de la Galia), la sigillata hispánica (en el centro y norte de la península ibérica) y la africana, procedente de talleres del Norte de África. Fue tal el éxito de este tipo de cerámicas que en algunos casos la producción estaba masificada, llegándose a fabricar en un solo alfar de los muchos que había en la Galia más de 8 millones de piezas al año.

Estas cerámicas se encuentran, por tanto, en todos los yacimientos del Imperio Romano y el Salto de la Novia no es una excepción. La gran cantidad de fragmentos de estas dos producciones hallados sobre la superficie y en excavaciones demuestran que el poblado tardoromano de Ulea, situado junto a la vía de comunicación natural que era el río Segura, fue un receptor de estas cerámicas que llegaba por mar hasta Carthago Nova y que desde ahí eran redistribuidas hacia el interior.

La base de la economía del Salto de la Novia debió ser casi con seguridad los trabajos agropecuarios. Si bien no existe documentación al respecto, su estratégica situación junto a una de las zonas más fértiles de la Región, atravesado por un cauce de agua que en aquel tiempo debía ser más caudaloso que en la actualidad, favoreció el desarrollo de pequeñas explotaciones agropecuarias.