A principios del siglo I d.C. la figura del emperador, poder máximo en Roma, se identifica con la divinidad. Una consecuencia de ello será que se le empiece a ofrecer culto en las distintas provincias del imperio. Así, se crearán en las principales ciudades cofradías religiosas dedicadas a este culto y a engrandecer en general la figura de los Augustos, ya que bajo esta excusa religiosa se escondían los intereses del Cesar y sus partidarios de asentar ideológicamente su régimen político.

Arquitectura

Se trata de un edificio simétrico y especialmente diseñado para remarcar la magnificiencia de su protagonista: el emperador Augusto. Dotado de una planta compleja y muy meditada, pretende reforzar la visión axial del edificio y dirigir inconscientemente la atención del visitante hacia la parte central.

En el fondo de dicho eje axial se encontraría el aula central, con la exedra escalonada descrita, y en ella, la estatua de culto, elemento representativo principal de toda la construcción y posiblemente visible desde la entrada al recinto.

Los estrechos pasillos laterales que flanquean la exedra-tribuna, y que permitirían acceder hasta la estatua sin pasar ante ella, parecen sugerir la celebración en este lugar de los rituales de tipo político-confesional.

Además, destaca su gran riqueza decorativa, con uno de los suelos de mármol más lujosos encontrados nunca en Cartagena, y se trata de la primera vez que se hallan vestigios de mármoles de revestimientos parietales en estancias romanas de la ciudad.

Información elaborada por J. Martín