Talla realizada en madera policromada. Tamaño algo menor que el natural.

Se trata de la representación de San Francisco de Asís. Cuenta la leyenda que San Francisco, cuando iba hacia Apulia a combatir con Gualtiero de Brienne, tuvo una visión en Espoleto. Durante esa visión vio a Cristo en la cruz, recibiendo de él los estigmas.

Antes de tener dicha visión Francisco llevó una vida bastante azarosa, alternando con alegres compañías, en su empeño de hacerse caballero. A partir de la visión regresa a casa y comienza su conversión.  El encuentro con un leproso y el mensaje del Crucifijo de San Damián lo convencen, a pesar de la oposición de su padre, a vivir dedicado a Dios.

La escultura de San Francisco, está colocada de frente, con la cabeza vuelta hacia el lado derecho. Su mirada se dirige hacia el cielo. Es de composición cerrada, sus brazos se acurrucan sobre el pecho, sosteniendo el crucifijo. En las manos podemos ver las señales de la estigmatización.

San Francisco está ataviado con el hábito y el cíngulo que le caracteriza. Sobre el cíngulo se le ha añadido un rosario.

Observaciones:

San Francisco de Asís era hijo de un comerciante de tejidos. Nació a fines del siglo XII y murió a principios del siglo XIII, en 1226.

Fue el fundador de la orden de los frailes menores y las clarisas. Está muy vinculado con Clara de Asís.

Nombre: San Francisco.

Objeto: Escultura.

Autor: Anónimo.

Fecha: Siglo XX.

Ubicación: Ermita Virgen de las Huertas Totana.