Realizada en madera policromada. Tamaño menor del natural.

Se trata de la imagen de San Sebastián  asaetado por multitud de flechas. Es el primero de sus martirios.

El Santo aparece atado de manos a un tronco. El brazo izquierdo está elevado, pasando por encima de la cabeza, donde dobla para ser anudado a una rama del tronco del árbol. El brazo derecho se dobla hacia atrás por encima de la cadera, siendo también sujeto a dicho árbol. San Sebastián dirige la mirada al cielo, con la cabeza inclinada hacia el brazo que levanta. La boca entreabierta pero sin marcar demasiado el dolor. La barbilla redondeada suavizando las formas. Los cabellos rubios con tirabuzones.

Las carnaciones son claras, es un cuerpo desnudo, cubierto tan sólo por un paño de pureza, de color blanco con listas verticales en dorado y de pliegues muy lineales. Dicho paño es corto, permitiendo ver la mayor parte de la antepierna.

La soga que le une al tronco es de color dorado. El tronco en su parte superior tiene dos bifurcaciones, aprovechando una de ellas para enlazar el nudo que sujeta la mano. La actitud en leve contraposto le otorga mayor aplomo.

El cuerpo apenas se separa del tronco. La parte posterior es muy plana. Es una figura de escaso volumen.

Observaciones:

A extramuros de Aledo hubo una ermita dedicada a San Sebastián. Es el santo protector contra la peste, por lo que adquiere una gran popularidad a fines del medievo y durante el Renacimiento. Ha sido objeto de rogativas y de procesiones, dada la demanda de acciones protectoras en pro del avance de la peste.

Nombre: San Sebastián.

Objeto: Escultura.

Autor: Desconocido

Fecha: Principios del siglo XVI. Hacia 1525.

Ubicación: Iglesia de Santa María la Real. Aledo