Free cookie consent management tool by TermsFeed La antigua iglesia de Torre Pacheco-Descripción - Región de Murcia Digital
PATRIMONIO

La antigua iglesia de Torre Pacheco

Descripción

Capilla de La Purísima
Capilla de La Purísima

    El interior del templo estaba distribuido en tres naves, una central y dos laterales. A derecha e izquierda de las respectivas naves laterales se distribuían las capillas. Al entrar por la nave de la derecha se podía apreciar un cuadro de Santa Lucía colgado en la pared, e inmediatamente la primera capilla, en la que se encontraba la Virgen de la Soledad, que hasta los años 30 había tenido retablo con altar y columnas de estilo barroco. La imagen de la virgen sólo tenía manos y cabeza. La segunda capilla por la derecha era la de San Judas Tadeo, imagen que, a diferencia de la anterior, sí era de talla.

    En la tercera capilla se encontraba una imagen de San Antonio. Era, por tanto muy frecuentada por las mozas del pueblo, pues es a este santo al que se suele pedir novio. El altar era arreglado por jóvenes y siempre estaba muy bien adornado. La cuarta capilla estaba pintada en forma de sillares de piedra. Encima de los arcos de medio punto aparecían pintados en la pared un ventanal a cada lado, obra de Felipe Ferrándiz Ruiz. Esta capilla tenía una pequeña cúpula en el techo y cuatro tragaluces con cristales de colores. La quinta capilla era la de San José. La imagen había sido de talla y mantenía al Niño Jesús en brazos. La siguiente capilla era la de la Virgen de los Dolores, cuya imagen era de vestir.

Nave de la izquierda

    La nave de la izquierda ofrecía como primera visión la de una verja de madera de más de metro y medio de altura que cerraba la primera capilla, lugar del baptisterio, con una pila bautismal de mármol blanco y un armario en la pared; del techo pendían las sogas que servían para tocar las campanas. Continuando hacia delante, había una puerta que daba acceso a una habitación que se empleaba para guardar las sillas que se sacaban en las misas de los domingos. Este recinto también estaba comunicado con la subida al coro y al campanario.

    La siguiente capilla de la izquierda era la de la Virgen del Carmen. La tercera capilla de la nave izquierda era la del Sagrado Corazón de Jesús, cuya imagen también era de talla. En la última capilla de esta nave se encontraba un retablo de escayola dedicado a la Virgen del Perpetuo Socorro, a su derecha; es decir en la pared maestra del templo, había un dosel y una pintura en la que se reflejaba el Monte Calvario. Frente a la pintura, y en el suelo, se encontraba una balaustrada de madera con unos cordones y borlas de color rojo.

Nave central

    El techo destacaba por sus arcos apuntados hasta llegar al transecto de las naves donde estaba la cúpula con seis tragaluces en cristales de colores; a la derecha de dicha nave central se situaba un púlpito de madera. Llegando al altar mayor se encontraba una balaustrada de mármol blanco con un acceso al altar por el frente dónde solía situarse un reclinatorio para cuatro personas. Detrás de la pared del altar existía un acceso con una pequeña escalera para subir al camarín de la Virgen. Detrás de esta pared había una puerta que daba a la sacristía. A la derecha del Altar Mayor había una puerta por la que se accedía a la Capilla del Santísimo.

    La cúpula del transecto fue construyó en 1920. Fue pintada por Felipe Ferrándiz con simbología celestial y querubines que componían el coro de los ángeles. Entre las columnas de la pared se encontraban las imágenes de San Juan y la Verónica. A la derecha del Altar Mayor se encontraba la puerta que daba acceso a la Capilla del Santísimo. La capilla tenía un arco de medio punto que comunicaba con la de la Virgen de los Dolores.

    Por la puerta de la izquierda del altar mayor se accedía a la sacristía. El techo de la misma estaba pintado de color ocre; a la derecha de la pared, de lado a lado, había unas cajoneras de madera en las que se guardaban las prendas litúrgicas de los sacerdotes. Encima de las cajoneras existía un armario pequeño en el que se guardaban los cálices, los copones y las vinageras. En la pared había un gran espejo rectangular, y en el centro de la estancia una mesa de mármol con pie de hierro. En la otra pared se encontraba un armario empotrado en el que se guardaban los matriales de limpieza. También se encontraba en la sacristía la imagen del beato trinitario Juan Bautista de la Concepción, fundador de los trinitarios descalzos.