La antigua parroquia de Torre Pacheco se debió de construir entre 1603 y 1604. Según consta en la lápida de mármol blanco que estuvo en el antiguo templo, y que se encuentra en la fachada de la iglesia actual, la fundación de la parroquia data de 1603. La inscripción que aparece en la lápida dice textualmente “Esta yglesia se bendixo y hizo Parrochial, siendo Summo Pontífice Clemente octavo Rey de España Don Felipe tercero, Obispo de Cartagena Don Alonso Coloma y Dean Della Don Luís Pacheco de Arróniz, Capellán de su Majestad y Señor de este Cortijo (…) Año de 1603”.

    Por otra parte, un documento que se encuentra en el Archivo de la Catedral de Murcia, en el que se informa de una visita de un miembro del Obispado, recoge que la fundación de la ermita es de 1604 “como aparece en el archivo parroquial”. No se ha podido acceder a este archivo ya que posteriormente fue destruido. El historiador local, José Miguel Rodríguez, estima que lo más probable es que el Deán Luís Pacheco de Arróniz solicitara al Obispo la construcción de la Parroquia en 1603, y mientras ésta era aprobada oficialmente, comenzaran a realizarse bautizos y demás sacramentos hasta que se produjera la notificación oficial en 1604.

Construcción de la torre

    La primitiva ermita debía de estar adosada a la casa-palacio del Deán; tenía su entrada para los fieles por el sur, junto al lugar en el que se ubica la actual carretera hacia La Palma, y funcionaría como templo parroquial desde la fundación de la ermita (1603-1604) hasta 1704. En este año se alargó el templo para dar cabida al coro y se erigió la torre campanario que se mantuvo hasta el año 1971 (salvo el último cuerpo de la torre, que es posterior a la Guerra Civil). Se conserva una placa que recuerda el año de construcción de la torre.“Esta torre se hizo y se alargó esta iglesia a costa de los feligreses devotos siendo cura propio D. Agustín del Baño. Año de 1704”.

    El documento más antiguo que se conserva sobre la iglesia parroquial de Torre Pacheco data del 9 de diciembre de 1754. Se trata de un informe en el que Martín Solera, Alarife del Deán y Cabildo de la Santa Iglesia de Cartagena, detallaba el mal estado en el que se encontraba el templo y la necesidad urgente de reformarlo. El documento dice textualmente que “es preciso hacer el coro, por estar caiéndose, y si se mantiene oy, es por estar apuntalado. Componer las bóvedas y arcos de la iglesia, hazer el tejado nuevo, y otros reparos precisos, lo que tendrá de costa, seis mil, reales de vellón, poco más o menos”.

Mal estado del templo

    Sin embargo, las reformas no se llevaron a cabo y el templo siguió deteriorándose. En 1773 Joseph Soto, cura de Pacheco, vuelve a manifestar al Obispado la ruina en la que se encuentra la iglesia, apuntalado su coro, desquiciada su portada y quebrantadas sus bóvedas. “Los maestros que vinieron a reconocer la iglesia dijeron que hacían falta once mil reales de vellón, y un año más tarde, otros dijeron que quince mil, para lo cual el cura propio solicita limosna del Obispado”. También se sabe que en esta época la iglesia tenía un órgano, pues existe un documento en el que se solicita ponerlo en un balcón pequeño, y los fuelles en un cuarto que hay en la torre.

    El estado del templo era tan ruinoso que los fieles entraban por la puerta de la sacristía, al no poder hacerlo por la principal por el peligro de que se produjera un derrumbe. El 2 de mayo de 1789 el Cabildo se le encomendó a Don Luís Valcárcel, Canónigo de la Santa Iglesia de Cartagena, que se desplazara a Torre Pacheco para reconocer la iglesia. Tras el correspondiente informe el Cabildo acordó librar cuatro mil reales de vellón de limosna para atender las necesidades más urgentes.