Historia del Templo

Es un edificio inmemorialmente ligado a la historia de la ciudad. Se desconoce la fecha precisa de su construcción en la antigüedad, aunque se cree que quizá fue recinto de culto en los primeros tiempos del cristianismo.

Los restos más antiguos no pertenecen históricamente a la catedral, aunque se encuentran en el subsuelo de la misma. La época medieval es la que marca el comienzo de construcción de arcos y capillas, como la del bautismo, perteneciente al momento en que tras la reconquista de la ciudad por Alfonso X se restableció el Obispado y se levantó el templo de la Asunción.

En los años 1576 y 1691, respectivamente, se construyeron las capillas del Rosell y del Socorro. El autor del proyecto de la capilla de los cuatro Santos, o también conocida como capilla del Rosell, fue Juan Bautista Antonelli, que había sido enviado previamente por Felipe II para fortificar Cartagena.

La capilla del Socorro, también llamada del Cristo Moreno, fue fundada en 1691 por el Duque de Veragua en acción de gracias a este Cristo por haber salvado la vida del hijo del Duque, Manuel, niño de veinte meses víctima de una grave enfermedad.

Después de los años de esplendor llegaron años muy duros para el templo catedralicio, que sufrió diversos hundimientos a lo largo de los últimos años del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX. Es por ello que antes de entrar en el siglo XX se produjera una profunda restauración del conjunto a cargo del arquitecto Víctor Beltrí y en la que se entremezclaron los estilos neogótico y neorrománico.

Aunque las paredes del templo no dejarían de sufrir, ya que con la llegada de la Guerra Civil llegaron los bombardeos, dejando su huella imborrable en la historia de la edificación de esta iglesia.

Desde la década de los cincuenta vienen realizándose excavaciones arqueológicas en su interior. En los últimos trabajos realizados en 1993, se pudo documentar la existencia de estructuras pertenecientes al colindante Teatro Romano.

Personajes desatacados

Entre los nombres propios que se encuentran vinculados a la historia de este templo está el de Víctor Beltrí Roqueta, que nació en Tortosa (Tarragona) en 1865. Estudió la carrera de Arquitectura en la Escuela de Barcelona, destacando en “dibujo de conjuntos” y “proyectos”. Una de las ocasiones en que localizamos el nombre de Víctor Beltrí en la Región Murciana es en la capital en 1894. A partir de 1904 ya es residente en Cartagena, su actividad profesional se centró exclusivamente en esta ciudad, a partir de esta fecha, siendo como afirma Pérez Rojas “el arquitecto favorito de la burguesía local”. Víctor Beltrí murió en Cartagena en 1936.

Carlos Mancha Escobar nació en La Raya (Murcia) en 1827. Comenzó su actividad profesional como ayudante de obras públicas en la carretera de Cartagena a Albacete, hasta que en 1856 obtuvo la plaza interna de Arquitecto Municipal de Cartagena, disfrutándola en propiedad al año siguiente. Desde ese momento su vinculación a la ciudad de Cartagena es prácticamente definitiva. La relación de Carlos Mancha con la ciudad de Murcia es escasa, pero señalada. Aparece su nombre junto al de José Pascual, relacionado con el diseño del techo del Teatro Romea. También en el concurso para adjudicar la ejecución del nuevo retablo de la Catedral. Fue nombrado socio corresponsal de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, a propuesta de Antonio Ruiz de Salces, Simeón Avalos y Francisco de Cubas, en 1879. Carlos Mancha murió en Cartagena en 1888.