Retablo mayor y los cuatro del crucero. Pintados por el perspectivista dieciochesco Pablo Sístori, director de las obras de decoración de la iglesia de Santa Eulalia. Se trata de obras realizadas en "trompe l'oeil" (engaña ojo), cuyo efecto característico es hacer real lo que sólo es pintado. Destacar en cada una de ellas, el efecto de profundidad y el sabio empleo de las reglas de la perspectiva. La técnica empleada es el temple sobre lienzo como en la mayoría de sus obras conservadas. Las fechas de realización se sitúan entre los años 1779-80 y 1781.

Retablo central: simula un pórtico columnado de grandes proporciones, ocupando todo el muro de cerramiento de la capilla mayor. El orden utilizado en los capiteles de las columnas es el compuesto. El cuerpo central como en todas las obras conservadas de Sístori queda en resalte, acentuando de esta forma el efecto de tercera dimensión. En este retablo podemos observar la presencia de figuras alegóricas, las Virtudes Cardinales (Templanza, Fortaleza, Justicia y Prudencia). En los intercolumnios laterales, dos figuras femeninas de corte clásico que simulan estatuas de mármol, representan, la de la izquierda a la Justicia, con la balanza y la espada; y a la derecha la Fortaleza, que sostiene una especie de fuste de columna. Sobre los lados del frontón, sentadas se sitúan otras dos figuras femeninas y que representan a la Templanza (izquierda) que sostiene entre sus manos las bridas que simbolizan el freno de los apetitos y la Prudencia (derecha) contemplándose en un espejo. El ático de este retablo central lleva en el centro los atributos de Santa Eulalia: El aspe, la palma y la corona.

Retablos del crucero: Izquierda, imagen de Cristo Resucitado; derecha, La Dolorosa. Son gemelos en cuanto a sus formas, órdenes e incluso sus detalles decorativos son similares.

Retablos colaterales: Izquierda, La Candelaria; derecha, San Blas. En el ático se han representado los atributos correspondientes al santo (la tiara y el báculo pontificio, la espada y la palma del martirio).

La gama de colores utilizados en las realizaciones de la iglesia de Santa Eulalia es la típica y característica del artista, tonos fríos y apagados, igual que en San Juan de Dios y en la Iglesia de Ntro. Padre Jesús.

En el retablo central alternan franjas grisáceas con las verdes, en el retablo de la Dolorosa y Cristo Resucitado, las bandas son rosas y grises.

En el caso de los retablos del crucero y los colaterales se podría afirmar que se ha intentado dar la impresión de que la luz que los baña procede de la cúpula del crucero. Destacar la diferente coloración que distingue la zona iluminada de la zona en sombras.

Santa Rosalía de Palermo, de Francisco Salzillo (1707-1783). Obra de la primera época del escultor, a partir de 1727. La santa aparece contemplando un crucifijo.

Crucificado de Belluga. Principios del siglo XVIII, de autor anónimo. Hoy ubicado en la iglesia de Santa Eulalia, antes estuvo en la Capilla de San José, anteriormente Oratorio de San Felipe Neri, una de las Pías Fundaciones del Cardenal Belluga. Crucificado de gran belleza y verismo, conseguido a través de las calidades del mármol rosáceo que simulan la coloración de la carne y de sus vetas grisáceas y manchas oscuras que simulan la sangre, las heridas y hematomas. Consta de varias piezas ensambladas. Dirige sus ojos al cielo, con la boca abierta. Fue enviado desde Italia por el Cardenal Belluga. Tuvo importante influencia en los crucificados realizados por Francisco Salzillo.