A las afueras de Molina, camino de La Ribera,  se encuentra la Ermita de Ntra. Sra. de la Consolación, nombre que recibe de la patrona de Molina, situada en esta ermita, y a la que el pueblo, desde antiguo, dedica solemnes ceremonias religiosas.

Es de trazo moderno debido al arquitecto Vicente Caraulet Casse.

Edificada con aportaciones populares en 1976, se levantó sobre otra anterior de 1896, que a su vez se hizo sobre otra que debió ser la primitiva, de mediados del siglo XV. De esta fecha data la devoción a la Virgen, a su primitiva imagen.

Destruida ésta, la actual es obra de Bernabé Gil, semejante a la desaparecida, pero con el sello personal del autor. La faz recuerda, dentro de un claro naturalismo e idealismo, a la Virgen de la Fuensanta.