Torre [Iglesia de San Bartolomé de Beniel]
Torre

    La Iglesia parroquial de San Bartolomé es un edificio de planta rectangular, en la cual se inscribe una cruz latina en la que el ala izquierda tiene mayores dimensiones que la derecha, albergando además la capilla de la Virgen del Rosario.

    Está formada por tres naves, las laterales comunicadas entre sí, y la central de mayores proporciones.

    La nave central se articula mediante pilastras de estilo corintio, sobre ellas, arcos que dan acceso a las capillas laterales, por encima de ambos se abren balcones que se corresponden con sus galerías.

    Esta nave aparece cubierta con bóveda elevada sobre esos arcos de medio punto, y el crucero está cubierto por cúpula de media naranja sobre pechinas, decorada por yeserías de estilo rococó y un gran florón central.

    En las pechinas aparecen pinturas que representan a tres arcángeles y un ángel, plasmados tal y como los concibe la iconografía cristiana: el Arcángel San Gabriel anunciando a María la Inmaculada Concepción, el Arcángel San Miguel, guerrero en su lucha con Luz-Bel, el Arcángel San Rafael, protector de los caminantes, portando los símbolos de peregrino, y por último, el Ángel de la Guardia que protege al hombre del mal.

    Estas pinturas, así como la decoración de la Capilla del Rosario, fueron realizadas por Antonio Villanueva.

    El florón central que decora la cúpula es una hermosa pieza de madera, de estilo rococó, obra del maestro carpintero Benito Gómez.

    La Capilla de la Virgen del Rosario, como ya hemos dicho, situada en el lado izquierdo, es en realidad un pequeño recinto sito junto a la Iglesia.

    Consta de planta rectangular dividida en tres naves, de las que la central se cubre con bóveda de medio cañón, mientras que las laterales aparecen con un sistema adintelado, abriéndose a la mayor a través de columnas corintias exentas.

    La bóveda de esta nave central de la Capilla aparece interrumpida, en sus lados centrales por pequeños balconcillos con balaustradas, en uno y otro lado.

    De las esculturas que se hallan en el interior, hay que decir que si bien no son las originales, pues éstas desaparecieron, son fantásticas imitaciones de autores contemporáneos. Así encontramos obras como el Nazareno de Juan González, La Virgen de la Alegría, San Bartolomé, Cristo del Rescate de José Antonio Hernández Navarro, la Virgen del Rosario, cuyo original se atribuía a Salzillo, obra de Sánchez Lozano, sin olvidar el sagrario, obra maestra tallada por el escultor murciano García Mengual.

    Otros elementos ornamentales a destacar son las pilas aguamaniles, situadas a cada lado de la entrada, realizadas en mármol negro, que representan una venera, gran concha semicircular y convexa, y la pila bautismal tallada en jaspe rojo.

    La fachada fue la última obra realizada en el templo. Concebida en su origen bajo los cánones barrocos con dos torres que flanqueasen la portada, la escasez económica hizo que quedara en principio inconclusa , finalizándose un tiempo después bajo la forma en la que hoy la podemos contemplar.

    Nos encontramos con una fachada articulada en tres cuerpos, el izquierdo, más ancho, y el derecho donde se prolonga la única torre, con balcón en el primer cuerpo, vano en forma de arco de medio punto y reloj, y sobre ello un tercer cuerpo poligonal donde se sitúan las campanas.

    El acceso al cuerpo de campanas se hacia mediante escalera de caracol, hoy sustituida. La más antigua de estas campanas data de 1737 y se trata de la de mayores proporciones. Se denomina, según la leyenda que porta, "Jesús María José."

    En el centro queda la portada realizada en sillares. Es un portón de doble hoja en forma de arco de medio punto, flanqueado por columnas en relieve, sobre este conjunto se encuentra un entablamento también en relieve y, coronando, todo ello la hornacina cubierta con concha donde se sitúa la imagen del titular, San Bartolomé, flanqueada por pináculos.