Materia: Plata

Ceca: Lima y Potosí

Año: Carlos III (1777) y Carlos IV (1790, 1789, 1795, 1800 y 1802)

Procedencia: Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena.

Descripción: Seis monedas que forman parte de un conjunto compuesto por más de medio millón de monedas de plata y de oro que transportaba la fragata Nuestra Señora de las Mercedes. Todas ellas corresponden al sistema monetario español de la época de los Borbones, de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, en los reinados de Carlos III (1716- 1788) y, sobre todo, de Carlos IV (1788-1808), cuyos nombres aparecen en la leyenda de la moneda.

La importancia de este conjunto reside no solamente en su valor histórico, sino también en el hecho de ser una de las principales pruebas judiciales para la identificación de la fragata: son las monedas las que indican que la Mercedes era un buque de Estado enviado por Real Orden del Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda, Miguel Cayetano Soler, al virreinato del Perú para recoger los bienes y caudales de la Real Hacienda, los cuales partieron del puerto del Callao de Lima en marzo de 1804, para poder cubrir las necesidades de las arcas de la Real Hacienda, diezmadas por las últimas guerras. De manera que permitieron establecer la datación del pecio proporcionando la fecha ante quem de 1804 y fijando el momento del hundimiento ese año (Marcos Alonso, Otero Morán y Grañeda Miñon, 2014, pp. 166-169).

Fueron acuñadas en los virreinatos americanos, en concreto, en las Reales Casas de Moneda de Lima y Potosí, identificables en el reverso mediante un conjunto de letras entrelazadas (LMAE y PTS respectivamente). De Lima (NSMS-5222, NSMS-5223, NSMS-5226 y NSMS-5227) procedía más del 90% de las acuñaciones y, en menor proporción, Potosí (NSMS-5224 y NSMS-5225), Popayán, México o Santiago. La ceca limeña era la más prestigiosa, por su superioridad técnica, por el volumen de producción y por la calidad de sus piezas, pero Potosí fue la ceca de la plata por excelencia, ya que acuñó oro en fechas tardías (a partir de 1778) y en pequeñas cantidades (Céspedes del Castillo, 1996, pp. 255-262).

En tres de estas monedas (NSMS-5225, NSMS-5226 y NSMS-5227) hay un anacronismo, puesto que aparecen acuñaciones con la efigie del monarca ya muerto, mientras la leyenda alude a su sucesor, Carlos IV. Esto se debe a la distancia entre Madrid y las cecas coloniales, lo que hacía que se demorase la llegada de los cuños oficiales con el retrato del nuevo rey. Se les conoce como “de busto” por presentar el retrato del rey en el anverso y, a diferencia de las acuñaciones de plata peninsulares, aparece vestido a la heroica o a la romana, con clámide y laurel.

Dentro del conjunto del cargamento, la inmensa mayoría de las monedas son reales de a ocho (NSMS-5226 y NSMS-5227). Hay casos apartados de la norma general de la carga, como la denominación de valor, puesto que se han encontrado monedas de cuatro, dos y un real de plata; el lugar de producción (México, Popayán, Santiago de Chile, Guatemala); la cronología (una moneda fechada en 1736, correspondiente al reinado de Felipe V); la tipología (las macuquinas de acuñación manual); el modelo “mundos y mares” o “columnario”, y la presencia de alteraciones, con ejemplares perforados como NSMS-5226.

Las monedas de cuatro reales (NSMS-5224 y NSMS-5225), también denominadas “medio peso” o “tostón”, y dos reales (NSMS-5222 y NSMS-5223), conocidas como “peseta”, presentan, al igual que las de ocho reales, la efigie del monarca laureado en el anverso, y en el reverso, el escudo coronado flanqueado por las columnas de Hércules con el lema PLUS VLTRA, y corresponden a los diseños establecidos en la Real Pragmática de 29 de mayo de 1772 de Carlos III, perpetuados con Carlos IV, quien no estableció ninguna variación sobre la tipología monetaria ni tampoco en las leyendas.

Bibliografía: Cépedes, 2005, pp. 1751-1760; id., 1996; Dargent, 1997, pp. 253-328; Marcos, 214, pp. 163-177; Marcos, 2013, pp. 397-410; VVAA, 2014
S.P.M.