Clausura del I Festival de Flamenco Va
La culminación de la temporada inicial de la Peña Flamenca de Sucina con esta semana dedicada a los jóvenes flamencos solo se puede tildar de éxito sin precedentes. Nadie, ni siquiera los organizadores, esperaba tal repercusión mediática (agenda diaria en La Verdad, noticia en TVE en Murcia), pero no hay lugar para la sorpresa. Las cosas bien hechas dan su fruto, rodearse de gente cabal solo puede resultar bien. Con una programación atrevida, con una gestión democrática, con ideas innovadoras y con la ilusión por difundir nuestra cultura se ha conseguido el nada desdeñable número de 110 socios en un año. Y para la próxima temporada amenazan con superar el listón.
Este cronista solo puede decir que todos los artistas que pasaron esta semana por el Centro Cultural de Sucina han luchado por superarse, su entrega ha sido absoluta. El último día tuvimos doble sesión de cante y baile con un salón lleno hasta los topes, como ha sucedido a diario. Volvió La Ratita, acompañada al toque Daniel Ramos, quien debutó hace pocos meses en esta misma peña. La pacense derrochó ganas y esfuerzo. Ofreció campanilleros, tientos-tangos, seguiriyas, bulerías y fandangos sin micrófono. El granadino Juan Pinilla cuajó una excelente actuación, superior incluso a la que hizo hace unos meses en este mismo lugar. Su cante, junto al toque de Luis Mariano, es para escuchar reposadamente, sin prisas, pues conoce bien los estilos y los ejecuta con enorme personalidad. Marianas, zambra y tangos del Sacromonte, alegrías, malagueñas con fandangos de Granada y fandangos fue lo que interpretó.
Luis Mariano es un excelente guitarrista. Esta noche dejó que se lucieran los demás pero llevando él todo el peso de la parte musical, sin estridencias, sin florituras, con una técnica admirable y una humildad y generosidad inusitadas en el mundo del flamenco. Como solista también es notable, ya lo demostró ganado el primer premio de guitarra en Jumilla. Acompañó a Pinilla, a Jara Heredia y a Iván Vargas. Ojo a Luis Mariano.
El baile del joven Iván Vargas viene de su familia los "Maya", pero él no deja nada al nombre, lo lucha. Se nota nada más salir al escenario. Todos sus movimientos crean una tensión entre el público y su arte que dejan al espectador con la boca abierta. Combina sabiamente fuerza y técnica y por ese camino debe seguir. Fue segundo premio en La Unión y desde aquí lo animamos a presentarse de nuevo, pues tiene cualidades de sobra para triunfar. Y la gente que vio como bailó anoche la soleá me comprende.
No puedo dejar de mostrar mi debilidad por Jara Heredia, aunque no sonría ni un poquito en las alegrías. Poseedora de una gran técnica, repite muy poco sus movimientos, se entrega en el escenario, maneja el compás a su antojo, de cintura para arriba es pura intuición y con los pies resuenan los ecos del Sacromonte. No hay danza clásica en su arte sino flamenco puro y ancestral. Se me hizo muy corto el baile, hubiera aguantado horas con ellos encima del escenario..
A destacar el papel de la cantaora Anabel Castillo en su faceta de presentadora, lo hizo pero que muy bien.
Después, fin de fiesta y chocolate con pan y aceite para todos. Por favor, necesitamos más flamenco como el de Sucina.
por Pedro Fernández Riquelme