El MAM Expone

La divulgación expositiva se ha convertido en las últimas décadas en una de las funciones principales de los Museos. Aunque todas son importantes, la divulgación del conocimiento derivado de los objetos y temáticas del museo y, hasta cierto punto, la devolución, en forma de conocimiento y experiencia cultural, del capital que la sociedad ha invertido en las instituciones museísticas ha llegado a ser el mayor escaparate y seña de identidad de los museos modernos.

Las colecciones del museo se muestran en las salas de exposición permanente de una forma más aligerada en cuanto al número de objetos, para evitar la saturación de un público cada vez más generalista. Los museos modernos se han ido transformando de “museos de piezas” a “museos de discursos”. Los visitantes quieren que se les explique cosas, se desentrañen los misterios de la historia o se despierte su curiosidad con informaciones que desconoce o que no le son explicadas, habitualmente, con claridad. Y quieren que se les explique con su lenguaje: directo, audiovisual, claro y conciso. Una aprensión rápida del conocimiento se ha convertido en el sinónimo de una experiencia cultural enriquecedora.

Pero ello no debe significar una pérdida de profundidad en los contenidos del museo o una banalización de los mismos. Las nuevas tecnologías nos ayudan a transmitir los conceptos con mayor rapidez e inmediatez (“una imagen vale más que mil palabras”), los diseños museológicos con varios niveles de lectura (títulos, subtítulos, textos, hojas de sala, guías interactivas) y documentación complementaria, con herramientas como internet o los códigos QR) han venido en nuestra ayuda, para no perder nunca nuestra vocación de enseñar al visitante todo aquello que desea descubrir en su visita.

Otra herramienta fundamental en esta línea son las exposiciones temporales como elementos dinamizadores del museo. Se trata de muestras especializadas, o más monográficas que el discurso general de las salas “permanentes”, que se ubican en unos espacios diseñados “ex profeso” para ello.
Además, nos permiten desarrollar dos aspiraciones de los museos modernos respecto a la atracción de los visitantes. Por una parte, tenemos el “dinamismo museográfico”: “la capacidad de visitar periódicamente el centro y poder disfrutar siempre de contenidos, obras y discursos cambiantes, de forma que nunca sea igual la visita y siempre se pueda aprender-experimentar algo nuevo”.

Por otra parte, que se pueda disfrutar de otras piezas que no son las habituales en la exposición permanente, compensando, en cierto modo, la reducción del número de estas, o bien, el disfrute de piezas nuevas, novedades que todavía no se han incorporado a las salas “fijas” o que se reciben en préstamo de otras entidades.
En el caso del MAM, las estadísticas, como veremos a continuación, constatan un claro incremento del interés y volumen de público asistente a estas actividades divulgativas temporales, pese a las dificultades del período de crisis económica general experimentado.
Haciendo un repaso de las actividades y exposiciones temporales celebradas en el MAM estos 10 años, podemos diferenciar entre las grandes exposiciones temporales puntuales, lo habitual en buena parte de los museos modernos, con un ritmo de tres o cuatro al año, en periodos entre tres y seis meses, y una actividad temporal propia de la entidad, “La Pieza del Mes”.

En cuanto a las más exposiciones temporales celebradas en el MAM estos 10 años, que han sido cerca de una treintena, podemos diferenciar entre los grandes montajes, tanto de producción propia como cedidas por otras instituciones, de otras menores, completando algunos periodos del año.

Temáticamente, la mayoría son muestras cuyos contenidos se centran en aspectos históricos-arqueológicos (épocas determinadas, aspectos concretos de los grandes periodos históricos o bien la línea de divulgar nuestros conocimientos y los principales hallazgos en los yacimientos más significativos de la Región), dado que son los que mejor funcionan ante el interés de la mayoría del público visitante, y la posibilidad de generar sinergias con la exposición permanente y con los talleres escolares y de fin de semana.

Sin embargo, no nos hemos restringido a esta temática, dada nuestra condición de centro cultural abierto a todas las manifestaciones culturales. En estos diez años hemos tenido exposiciones dedicadas a las Bellas Artes (como la escultura románica catalana), a las manifestaciones más contemporáneas de artistas actuales, sobre todo en los años 2013 y 2014. Asimismo hemos tenido exposiciones fotográficas y de documentación contextualizadora (dedicadas a Dalí, Duchamp…), junto a otras solidarias o de carácter concienciador de la sociedad.