El partido de inauguración de El Almarjal causó una gran expectación. Los primeros espectadores (algunos de ellos desplazados desde otras localidades) llegaron al estadio dos horas antes del encuentro. En los minutos previos se vio una estampa entonces muy poco habitual: cientos de personas que aparecían desde todas las direcciones entraban lentamente en la nueva instalación.

    Poco después de las cuatro de la tarde apareció en el terreno de juego el maestro de ceremonias, Carlos Calderón, con una sección de exploradores. Acto seguido entró la comitiva a cuyo frente se situaron los representantes del Ayuntamiento (los señores Mediavilla, Meca y García Manchón). Después seguía una representación de la Federación Regional de Futbol encabezada por su presidente, Miguel Ángel Cremades; los representantes del Valencia F.C.; la directiva del Cartagena F.C. y los presidentes de los equipos locales: Stadium, Lisvert, Comercial, Peral y Centella. Todos ellos se sitúan frente a la Tribuna de Honor ocupada por las autoridades del Municipio, de la Marina y del Ejercito.

    Una vez en el terreno de juego se destacaron simultáneamente, de una parte los presidentes de la Federación Murciana y del Cartagena, Miguel Ángel Cremades y Carlos Avalos para acompañar al representante del Episcopado, Francisco Cavero, y de otra parte, Esteban y Carlos Calderón acompañados de dos exploradores que ofrecieron sendos ramos de flores a la madrina del campo, Maria Luisa Navia Ossorio y a Caridad Gómez, encargada de hacer el saque de honor (Caridad Gómez también realizó el saque de honor en el último partido que se jugó en El Almarjal 62 años después).

Bendición del terreno de juego

    Seguidamente el arcipreste, Francisco Cavero Tormo, bendijo solemnemente el nuevo terreno de juego. Durante el acto la banda de Infantería de Marina ejecutó una marcha. También fueron bendecidos todos los atributos del campo: la bandera nacional, el banderín del club, etc. Después de la ceremonia desfilaron ante la directiva del Cartagena los miembros de los clubes locales que ofrecieron un banderín dedicado a la directiva del Cartagena, y sendos obsequios a María Luisa Navia y a Caridad Gómez.  

    Terminada la ceremonia la comitiva se dirigió a la puerta de entrada. Posteriormente se izaron la bandera nacional (mientras sonaban los acordes de la Marcha Real) y el banderín del club. Finalmente, el público prorrumpió en una ovación cerrada. Una vez terminada la ceremonia entraron en el terreno de juego los jugadores del Valencia y del Cartagena.