Relieve

   El despoblado de Siyâsa se localiza sobre el Monte del Castillo de Cieza, al pie de otro de mayor altura, La Atalaya. Ambas elevaciones pertenecen a las estribaciones de la Sierra del Oro, que forma una alineación montañosa en la margen izquierda del río Segura, fuente inagotable de recursos para la zona desde la Prehistoria hasta la actualidad. Desde la cima de estas elevaciones montañosas se divisa la zona de huerta regada, delimitada por la Sierra de Ascoy, perteneciente al Sistema Prebético. El término queda encuadrado también por las Sierras del Puerto, Cabeza de Asno y Picarcho al norte, lindando con Calasparra y Hellín; las Sierras del Morrón o Turdebal por el sur lo separan de Ricote y Abarán; y la Sierra del Molino con el Alto del Almorchón, por el sudoeste.

Clima

   En Cieza se da un clima mediterráneo extremado, caracterizado por una acusada sequía estival, con precipitaciones medias anuales que apenas alcanzan los 300 mm de media y de carácter equinoccial, resultando octubre el mes más lluvioso. Además, la relativa proximidad al Mar Mediterráneo y la escasa elevación de sus tierras hacen que la temperatura media anual sea la más alta de la Región de Murcia. En conjunto, Siyâsa poseería el clima más árido de la cuenca del Segura, clasificado durante el siglo XX como subdesértico.

Hidrología

   Existe un curso fluvial en Cieza que ha sido desde época prehistórica vertebrador y determinante para el poblamiento de la comarca: el río Segura, principal recurso hídrico para el riego en la zona. A lo largo del tiempo también se han aprovechado fuentes naturales como la de la Murta, del Rey, así como las situadas en los parajes de la rambla del Judío, la rambla Amarga o el Gorgotón. En cuanto al uso agrícola, en la Edad Media destacan las fuentes del Ojo y los Zaraiches, que nacen en las estribaciones occidentales de la Sierra de Ascoy.

Vegetación

   La zona comprendida por el yacimiento de Siyâsa y su entorno pertenece a la provincia biogeográfica murciano-almeriense, dentro del distrito ciezano-calasparreño en el que es frecuente el piso mesomediterráneo cálido con clima semiárido. A este tipo de suelo están sujetas todas las especies vegetales que salpican Cieza, tales como los matorrales, pinares o vegetación de rambla. Pero el paisaje en época andalusí debió de ser muy diferente al actual, ya que el proceso de deforestación se aceleró tras la reconquista cristiana con la extensión del pastoreo, padeciendo en el siglo XVIII la etapa más dramática debido a grandes roturaciones y talas abusivas de bosques.

   Según se desprende de las Relaciones Topográficas, realizadas bajo orden de Felipe II trescientos años después de la reconquista, el paisaje de la zona durante la ocupación islámica distaba bastante del que primaría en época coetánea a dicha publicación: "...esta villa es tierra de abundosa de lenna de pinos, lentisco, romero y otras frutas y la lenna nos proveemos de las Sierras que dicen de Ascoy y del Oro... .se hallan en su término puertos jaualies, venados, machos y cabras monteses, corços, perdizes, liebres, conejos...".