Cuencos argáricos del Museo Arqueológico de Lorca [La Bastida de Totana]
Cuencos argáricos del Museo Arqueológico de Lorca


  Dentro de la cerámica argárica de poblado han sido contabilizadas 1.611 piezas. De ellas 24 pertenecen a un tipo de olla (no clasificada por Siret) de borde recto. El mayor número de fragmentos cerámicos, cuya localización se ha podido determinar dentro del yacimiento, pertenece al poblado. En La Bastida encontramos más de 200 cuencos de fondo esférico y parabólico (forma 1 y 2 de Siret), con diámetros de boca entre 11,5 y 16,5 centímetros, altura entre 4,4 y 8,5 centímetros para la forma 1 y diámetro entre 9,1 y 16 centímetros. La altura oscila entre 5,7 y 11,2 centímetros para la forma 2. 201 ollas de forma globular o esférica (forma 3), a veces con dos o cuatro tetoncillos, a las que podríamos añadir las que presentan borde de tendencia recta, menos usual y de peor calidad.

  Predominan las vasijas de almacenaje o sepulcrales, grandes orzas con diámetros de boca de hasta 50 cm y vasijas globulares de tamaño más reducido, con diámetro entre 8,5 a 19 centímetros, de las que se han encontrado en La Bastida 352 piezas (forma 4), y las tulipas carenadas (forma 5), entre las que son más frecuentes las formas esbeltas de carena baja. Pero el más destacado objeto cerámico del mundo argárico es la copa (forma 7); se compone de un cuenco y de un alto pie, si bien en ocasiones éste es mucho más reducido. En La Bastida se han hallado 59 piezas.

  Por último, los vasos abiertos (forma 8) son muy escasos. Hay fondos y pies no pertenecientes a ninguna de las formas. Por el contrario, está ausente la forma 6 de Siret (vasija lenticular), que se asocia a la fase inicial de El Argar. Aparecen también vasijas lisas sin decoración y muy bruñidas, vasos carenados de diversos tamaños y copas. También se han encontrado muestras de vajilla ceremonial entre cuyos fines está, claramente, formar parte de los ajuares sepulcrales y de una vajilla doméstica carente de decoraciones.

  El Argar modifica la cerámica existente hasta el momento imitando, con el barro, vasijas metálicas. A partir de los restos y objetos cerámicos hallados en el yacimiento de La Bastida, Mª Magdalena García López llega a las siguientes conclusiones en su libro La Bastida de Totana: estudio de materiales arqueológicos inéditos:

"la ausencia de la forma 6 de Siret, la frecuencia de fondos de acusado perfil parabólico, la tendencia de la forma 5 (tulipas) a líneas esbeltas y alargadas, la gran abundancia de copas (forma 7), así como el alto porcentaje de enterramientos en jarra (82%), indicaría un desarrollo a partir de la fase tradicionalmente denominada Argar B". En estos momentos la clasificación de Argar A y Argar B se encuentra prácticamente en desuso por parte de los especialistas.