Recreación de un crisol [La Bastida de Totana]
Recreación de un crisol
Recreación del trabajo del metal [Yacimientos Totana]
Recreación del trabajo del metal


  La metalurgia es una actividad económica representativa de la cultura de El Argar y su importancia es equiparable a la de la agricultura. Esta actividad pone de manifiesto que el pueblo argárico realizaba un proceso que requiere un elevado dominio técnico: elección de los minerales adecuados (cobre), eliminación de la ganga, presencia en el fundente de plomo, arsénico o estaño que mejora la calidad. Para fundir el cobre se servían de hornos con unas características que permitieran alcanzar una temperatura mínima de 1050 ºC. Una vez obtenidas las partículas de cobre, las depositaban en un crisol (existen varios documentados en La Bastida), que introducían en el horno. Durante la cultura de El Argar en la zona de Totana se dieron aleaciones con otros minerales, aunque se piensa que es posible que fueran casuales.

  Yacimientos mineros próximos

  Los filones de cobre, necesarios para la producción metalúrgica, se encontraban en la Sierrecica de Cimbra, el Alto de los Secanos, el Cabezo Gordo y en Sierra Espuña, aunque la zona más rica en yacimientos de cobre está en el paraje de La Manilla, en la Sierra de Chícar. Es probable que la producción metálica estuviese centralizada en las cabeceras de distrito, como La Bastida y que existiesen unas redes de intercambio comarcal, regional o interregional, que abastecerían de instrumentos metálicos elaborados a partir de centros especializados, caso de La Bastida de Totana o Fuente Álamo en Almería. La producción metálica estaba controlada por las minorías dominantes y dedicada a la confección de varios útiles, entre ellos las armas (puñales, cuchillos, hachas, alabardas). Estas armas dotaban a sus poseedores de gran poder coercitivo y de un elevado prestigio personal, aspectos en los que, junto a su cohesión genética, se apoyaban las jefaturas dominantes.