La Bastida de Totana

  Los datos aportados por las excavaciones en La Bastida de Totana, unidos a los estudios sobre la sociedad argárica en el Sureste peninsular, permiten esbozar rasgos importantes de la vida en estos poblados.

  La jerarquización como base de la vida social

  La sociedad era de jefatura y estaba fuertemente estratificada, liderada por unas minorías armadas que ejercían el poder y controlaban los medios de producción. Parece claro que esta minoría gobernante no estaba emparentada con el pueblo y hacía gala de su poder a través de símbolos y bienes de lujo. Dentro del engranaje de esta sociedad es posible que existiera una fuerza organizada o ejército, que aseguraría la defensa del poblado. También parece probada la presencia de una ideología, frecuentemente de carácter religioso, que respaldaba los mecanismos de producción y protegía a las minorías gobernantes. Por debajo de la minoría dirigente se situaban los nobles (entre los que destacaban los guerreros), las personas libres dedicadas a las diversas actividades de producción y, en el escalón más bajo de la pirámide social, los siervos.

  Las relaciones sociales estaban condicionadas por el status, ya que era el que dictaminaba el acceso a los bienes de consumo y su condición personal dentro del grupo. En La Bastida de Totana existen casas de diverso tamaño, forma y situación en el cerro, que evidencian la jerarquía social imperante. Pero es el ajuar funerario el que aporta más datos acerca de los grupos sociales, así como del sexo, edad, parentesco, prestigio personal o reconocimiento social del difunto. En La Bastida señores y siervos domésticos fueron inhumados bajo el piso de una habitación, apareciendo en sus sepulturas rasgos distintivos de su condición social.

  El hombre y la mujer en la sociedad argárica

  La presencia en el ajuar de elementos metálicos indica la elevada condición de vida del difunto, más importante cuanto más valioso sea el utensilio metálico. Las espadas y alabardas suelen aparecer en tumbas de varones adultos, generalmente de edad avanzada, que fueron miembros de la minoría de guerreros dominante. Por su parte, en las tumbas femeninas es habitual encontrar objetos cerámicos y punzones de cobre o bronce. A tenor de la información funeraria, se trataba de una sociedad varonil, donde el papel de la mujer debió ser importante pero supeditado a la autoridad del hombre. La mayoría de ellas eran mano de obra en las tareas de producción, aunque algunas lograron ascender a posiciones elevadas dentro de la sociedad.