El conjunto arqueológico de Cejo Cortado está formado por ocho abrigos de los cuales sólo dos han conservado restos de pinturas rupestres. Es posible que, en origen, el resto de los abrigos también  albergaran representaciones de este tipo, sin embargo, el intenso proceso erosivo y de degradación natural a los que han estado sometido a lo largo de más de 5000 años han borrado todo vestigio de pinturas rupestres.

   Abrigo II

   Su interior esta constituido por cuatro cubículos. Presenta algunos restos de pinturas identificables además de restos de otros completamente irreconocibles. De los motivos conservados destaca la representación estilizada de una cabra, a base de 5 líneas rectas y dos curvas, trazos muy simples pero de gran realismo y expresividad. Destaca el gran detalle de la cornamenta; por la proporción entre el tamaño de esta y el cuerpo del animal que ha sido interpretado como un bóvido macho, animal que encajaría perfectamente con el medio natural en que está la cueva; laderas empinadas, con plantas herbáceas y matorral bajo. Justo delante de la cabra se conserva una figura reticular, a modo de trampa, una especie de red sujeta por dos cuerdas entrelazadas. El conjunto de las dos figuras ha sido interpretada como una escena de caza

   En otro de los cubículos de este abrigo se encuentra la escena fálica compuesta por un varón desnudo, frente a tres mujeres vestidas con falda larga, situado el varón en una posición más alta. Las cuatro figuras están representadas sin cabeza. Junto a estas figuras, la mejor conservadas hay restos de figuras antropomorfas, masculina y una femenina con los brazos en posición de las asas de una jarra, una cabra idéntica a la descrita anteriormente  y otras representaciones irreconocibles.

   Abrigo III

   En este abrigo sólo se conservan dos figuras, una complemente irreconocible. La segunda es un ciervo de pequeño tamaño pero muy rico en detalles. Las patas son excesivamente largas en relación con el resto del cuerpo; la posición es estática, con el rabo separado, indicando quizás una posición de peligro. Los cuernos son de pedúnculo corto, con algunos candiles hacia delante; los candiles son un elemento indicativo de la vida del animal, por lo que parece que el ciervo representado no pasaría de los cinco años de edad.