El arte levantino se caracteriza por una serie de representaciones pintadas en los frentes rocosos y abrigos localizados en el territorio levantino, generalmente en parajes de montaña abruptos  entre los 400 y 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar, relativamente cercanos a la costa, y sobre todo en la parte alta de barrancos y cabeceras de los ríos, cerca de puntos de abastecimiento de agua. La zona se puede encuadrar entre el la parte levantina más oriental, como en Huesca y Lleida, hasta Murcia o Albacete, e incluso aparecen algunas figuras aisladas en algunos abrigos de Andalucía, como en Cádiz, con una excepcional concentración de ejemplos en la Comunidad Valenciana.

   Estaciones rupestres en Mula

   En Mula destaca el Abrigo del Milano (paraje de Balamonte), en la cara sur de un pequeño cerro de escasa altitud, cuyas pinturas se han conservado excepcionalmente bien, y los abrigos del Cejo Cortado (paraje de Cejo Cortado), localizados en la Sierra de Ricote, en uno de sus frentes calizos. También se cree reconocer algunas evidencias en el Abrigo del Charcón (paraje de Fuente Caputa), aunque los graffitis modernos han destruido la mayor parte de indicios. Una de las controversias pendientes de solución en la investigación del arte rupestre levantino es la cronología y la identificación cultural de las pinturas. Aunque son muy numerosas las teorías que se han barajado, y autores como Breuil, Ripoll, Beltrán, Jordá, Fortea, o M. Hernández han intentado definir o establecer una cronología que marcaría la evolución de los diferentes conjuntos recuperados, hoy en día todavía es un tema sobre el que no existe consenso.

   Los primeros autores lo incluyeron en el ciclo paleolítico, argumentando que los animales representados pertenecían a especies cuaternarias ya extinguidas pero, años después, estas ideas fueron rebatidas y se aceptó unánimemente que se trataba de un arte postglaciar, obra de los cazadores residuales que continuaban habitando en las serranías prelitorales. En general, hay un acuerdo casi total en rechazar el origen del arte levantino en contextos del Paleolítico final, y generalmente lo reconocen como una manifestación del Neolítico Pleno o avanzado, del Calcolítico y de la Edad del Bronce, concluyendo acaso hacia mediados del segundo milenio. Pero es un tema que aún no se ha terminado de definir, como lo demuestra el descubrimiento en los años ochenta, en la provincia de Alicante, de numerosas representaciones de figuras humanas de tamaño importante, compuestas con líneas onduladas paralelas verticales, contextualizándose bajo el nombre de estilo 'macroesquemático' y datable en el V milenio a.C., superpuesto por el arte conocido como levantino.

   Los temas están pintados generalmente en un solo color, sobre todo en rojo, como se documenta en el conjunto rupestre de Mula, u opcionalmente en negro. La pintura se obtenía de la mezcla de ocres y óxidos de hierro y manganeso con diversos disolventes, utilizándose pinceles para su uso en las paredes. Se silueteaban los perfiles externos, sin rellenar el interior de los motivos, o se rellenaban mediante rayados parciales, o cubriendo totalmente la silueta en tinta plana, como en muchos de los ejemplos mulenses. En el caso concreto de los Abrigos del Cejo Cortado, el análisis de los pigmentos desvela una composición a bese de óxido de hierro, oligisto, mientras que en el Abrigo del Charcón se ha revelado su composición a base de carbonato de plomo o albayalde.

   Escenas representadas

   La fauna representada se corresponde con especies actuales, como cérvidos, cápridos o bóvidos, que se representan solos o en manadas. La figura humana, escasa en el Arte Paleolítico, adquiere ahora gran importancia, y con frecuencia es el tema principal, asociándose hombres y mujeres en la misma escena (Abrigos del Cejo Cortado), siempre estilizados, y a veces junto con animales, configurando diferentes escenas, siendo las más comunes las de caza (Abrigo del Milano), danzas, de luchas (Abrigo del Milano), de trabajo agrícola, de domesticación de animales, de recolección de miel, representaciones muchas de ellas de estilo esquemático.

   Se caracterizan por ser escenas muy descriptivas, con mucho movimiento, y cuando aparecen los humanos en la misma escena que los animales, es la figura humana la que los domina. También aparecen algunos signos no realistas, como motivos bilobulados (Abrigos del Cejo Cortado), cruciformes (Abrigo del Milano, Abrigo del Charcón, Abrigos del Cejo Cortado). No es extraña la presencia de superposiciones (Abrigo del Milano).