Haciendo un breve recorrido por los orígenes de Rikut, posteriormente Ricote, descubrimos que su importancia histórica comienza con la invasión musulmana. Las primeras citas de los historiadores se remontan al 738 d.C, año en que dominó la fortaleza de Rikut y todo el Valle un musulmán llamado Alí Berit Hutmín, según el cronista oficial de Ricote, Dimas Ortega, en su libro 'Aproximación a la Historia de Ricote'. Debemos señalar que, anteriormente a la invasión musulmana del siglo VIII, el poblamiento de Ricote se remonta a tiempos prehistóricos, hallándose colonias fenicias, romanas e íberas. Nuevas citas de historiadores acerca de Rikut las situamos en el año 826, año en que ya se hizo famoso el Castillo de Los Peñascales, del cual aún se conservan restos de sus muros.

     Fue el historiador cordobés Ibn Hayyan quien escribió un manuscrito de gran importancia sobre acontecimientos ocurridos en Rikut en el siglo IX. Durante los reinados de los emires omeyas Abd al-Rahmân II, Muhammad l y Al-Mundir, la región de Murcia había vivido en paz y tranquilidad. Pero la grave crisis de Al-Ándalus en el reinado del emir Abd Allah (888-912) se extendió también hacia el sureste de la Península Ibérica. El principal rebelde de la zona, Daysam Ishaq, se apodera de las principales poblaciones del territorio, constituyendo un Estado autónomo con un ejército constituido por muladíes, mercenarios francos y esclavos. Acuñó moneda y acogió a poetas e historiadores como Al-Udri, Ibn Idari, Ibn Hayyan e Ibn al-Jatib. El revelador escrito de Ibn Hayyan nos describe una de las campañas del ejército omeya contra el rebelde Ishad en el año 896 en Rikut:

     "El ejército omeya ataca Guadix y avanza hacia los castillos de Huéneja (Wãniÿa), donde permanece unos días hasta que llegaron las provisiones de Pechina y los diezmos de Las Alpujarras. Después de varias jornadas de mal tiempo, el ejército acampa en el castillo de Tíjola y emprende la marcha hacia Baza. Arrecia el mal tiempo y se trasladan las fuerzas omeyas a Vélez Rubio o Vélez Blanco, donde comienza la cora de Tudmîr. Después de dos días de lucha en torno al castillo, las tropas omeyas asolan el territorio de Tudmîr hasta acampar en Molina, una de las fortalezas (husûn) del rebelde Daysam b. Ishãq sobre el río Thader o Segura, el día 1 del mes de agosto. Tras devastar la zona durante varios días el sultán Ahmed marchó contra Ricote, cuyos defensores se aprestaron a la pelea, logrando al principio rechazar con denuedo los ataques del enemigo. Sin embargo, sobrevino un momento en que los voluntarios del ejército del sultán consiguieron hacerse dueños del primer recinto del castillo y acogerse a los muros de la alcazaba. Pero más atentos dichos voluntarios al saqueo, yendo y viniendo del castillo al campamento con su presa, que a seguir desalojando a sus enemigos, dieron pie a que aprovechándose los sitiados de la ocasión favorable que les brindaba semejante proceder cargasen furiosamente sobre los otros grupos del ejército hasta ponerlos en derrota tan vergonzosa, que muchos se arrojaron al río en la huida, resultando gran número de muertos, unos de armas y otros ahogados... Inmediatamente retiróse el ejército del sultán a la ciudad de Murcia, en la que acampó a orillas del Segura diez días, para dedicarse al cobro de los impuestos. El domingo 14 de agosto del 896 emprendió el ejército el regreso pasando por Ayn ¿Aytãn (Fuente del Diablo) y el Castillo de Aledo, donde acampó al anochecer. Faltó el agua en el camino y perecieron más de treinta hombres y muchas bestias. Ahmad b. Muhammad ordenó a sus emisarios ir a la ciudad de Lorca para advertir a Daysam su intención de acampar en su territorio...". Cita de la obra 'Ibn Hayyan (1937)', de Kiab al-Muqtabas.