A medida que avanza el siglo XV, el pulso de la economía se recupera, pero los ciudadanos de Aledo siguen significándose por su participación en el conflicto fronterizo.
El propio Alonso de Lisón, como comendador de Aledo tuvo una participación activa, junto a tropas de Lorca y Murcia, en la batalla de los Alporchones (1452) que resultó ser desastrosa para los intereses del Reino de Granada, pues en ella fallecieron varios miembros de la nobleza nazarí. Los contingentes aledanos también participaron en la victoriosa campaña de 1488-1489 que los Reyes Católicos organizaron contra la frontera granadina.
El fin de la frontera y la expansión hacia el llano
El devenir histórico de Aledo cambia considerablemente a partir del año 1492, tras consumarse la conquista de Granada. Ahora el territorio peninsular deja de ser un mosaico de reinos y la monarquía se afianza en el poder. El problema fronterizo se desvanece y con él la razón de ser de un enclave de tanto valor estratégico como Aledo (ver vídeo).
Su población ya no se siente insegura y poco a poco comenzará a abandonar la cresta rocosa y las empinadas calles de Aledo para establecerse en la llanura, en Totana. El antiguo barrio a extramuros o arrabal de Aledo ofrece más facilidades para acceder a los recursos agrícolas y ganaderos.
En los albores de la Edad Moderna, Aledo volvería a protagonizar un nuevo asedio de gran repercusión en la Historia de la región murciana. Nuevamente sus murallas sirvieron de refugio a los partidarios del poder real, convirtiéndose en el símbolo de la resistencia de la monarquía frente a los rebeldes comuneros.
