Este general, considerado el mejor amigo de Escipión, le acompañó en la conquista de Quart Hadash, al mando de una escuadra romana, compuesta de treinta naves, que siguió costeando al ejército de Roma en su marcha desde Tarraco. Las naves de Cayo Lelio bloquearon la ciudad por mar, al tiempo que Escipión lo hacía por tierra y desembarcando sus hombres en el puerto, cuando Publio Cornelio Escipión inició el ataque y la estratagema por tierra. También fue el encargado de comunicar a Roma el triunfo llevando en su flota a los esclavos y gran parte del botín obtenido para ofrecerlos al Senado en Roma.    Debió ser un general polivalente porque si en Cartagena, en el 209 a.C., lo encontramos como almirante de la flota romana. En la batalla de Zama, octubre de 202 a.C., estaba al mando de la caballería romana y númida (había numidas en los dos bandos).

   Desde el punto de vista histórico, quizá sea necesario resaltar que la historia de la conquista de Cartagena recogida por Polibio tiene como fuente directa más importante al general Cayo Lelio, ya que su hijo Cayo Lelio (Sapiens) llegó a ser un gran amigo del historiador romano a mediados del siglo II y le contó lo que su padre le había narrado muchas veces sobre la campaña militar del año 209. Cayo Lelio, a pesar de sus orígenes humildes y gracias a sus éxitos militares, llegaría a ser nombrado procónsul de la Galia Cisalpina, finalizando así su carrera política.

  Sexto Digicio y Quinto Trebelio

   El ejército romano tenía, como cualquier ejército de la actualidad, un sistema para premiar los actos de valor de sus soldados. La Corona Muralis se concedía al primer soldado que llegara a asaltar la muralla de una fortaleza o ciudad enemiga y colocar en ella su estandarte o bandera. Era una de las más altas condecoraciones romanas y se concedía tras una exhaustiva investigación. La corona era de oro, figurando en ella unas torres que simbolizaban la fortaleza asaltada.

   En el asalto a Quart Hadast se produjo un dilema al reclamar para sí la corona un marino de la flota de Cayo Lelio, Sexto Digicio y un soldado perteneciente al ejército terrestre de Escipión, Quinto Trebelio. Con toda probabilidad el primero fue Quinto Trebelio por la forma en que conocemos que se llevó a cabo el asalto, pero como en todos los ejércitos existía la rivalidad entre las distintas armas y al reclamarla también Cayo Lelio para uno de sus hombres, Escipión optó por la decisión salomónica de conceder dos coronas, estimando que lo habían hecho al mismo tiempo. Contentando así a sus dos cuerpos de ejército. El acontecimiento (no es fácil que se conceda el equivalente a dos Laureadas de san Fernando el mismo día y por la misma acción) fue recordado durante siglos y plasmado por diferentes artistas en sus obras, dando origen también a la corona mural que figura en el escudo de Cartagena