Restos de una calzada romana hallada en las inmediaciones del Molinete
Restos de una calzada romana hallada en las inmediaciones del Molinete
Ayuntamiento de Cartagena


   La especial topografía de Carthago Nova, una llanura central rodeada por cinco colinas, configuró el sistema de evacuación de aguas tanto para el pequeño periodo púnico (229-209 a.C) como para la ciudad romana, tras la conquista. Es más, continúa de esta forma en nuestros días, con la excepción del agua que se eliminaba hacia el Estero procedente de la ladera Este del Molinete y la Oeste del Monte Sacro.

   El principal problema de los constructores romanos no era la eliminación de los residuos urbanos, sino las inundaciones del espacio situado entre las colinas. Estas inundaciones son frecuentes por la especial climatología levantina, donde a los periodos de sequía suceden en algunas ocasiones tremendas tormentas, generalmente entre los meses de septiembre a marzo, que en poco espacio de tiempo descargan gran cantidad de lluvia, con la consiguiente inundación.

   Al contrario que los restos descubiertos del alcantarillado de la ciudad púnica (conductos superficiales a un lado de la calzada), los colectores romanos descubiertos transcurren bajo el centro de las calles, configurando una red que aprovecha los desniveles existentes en las colinas y en el valle central para hacer desembocar en la zona portuaria las aguas y los residuos. A estos colectores centrales vierten sus aguas otros secundarios. Las casas se conectaban a esta red, mediante pequeños canales subterráneos construidos en piedra y ladrillos. Donde no era posible se construía un pozo ciego, que también de algún modo habría que vaciar.