Descubierta en fecha y lugar imprecisos en la Plaza del Rey de Cartagena, se trata de una estatua de muchacha ataviada con el peplos griego. Labrada en mármol giallo tunecino, conserva 53 cm. Es necesario destacar este material, llamado en la antigüedad marmor Numidicum, pues aquí aparece en una de sus variedades más caras y difíciles de trabajar, el giallo brechado, siendo así indicativo del alto poder adquisitivo del propietario y su conocimiento de las modas metropolitanas.

     A pesar de que se han perdido sus extremidades, paralelos tipológicos permiten saber que con su brazo izquierdo sujetaría una gran vasija, en tanto que con el derecho un vaso a la altura de la cabeza, a su vez soporte del tablero de una mesa, el asiento de una silla o la baranda de un pretil, entre otras muchas opciones.