Fueron hallados en un relleno para la construcción del mercado sobre el teatro, en el siglo V d.C. Originariamente, estas aras debían estar ubicadas bien en el extremo frontal de la tarima del escenario, bien delante de éste, sobre la orchestra, enmarcadas por los nichos que forman su frente (frons pulpiti). Su estructura es idéntica en los tres casos, contando con un módulo cilíndrico, enmarcado tanto en la parte superior como inferior por una rica decoración moldurada. Están dedicadas a la tríada capitolina, materializando así la ley que obligaba a los magistrados locales a celebrar juegos escénicos en su honor.

Ara de Júpiter

     Conserva una altura de 83 cm. En el centro, en un campo cilíndrico de 64,5 cm de desarrollo, está el tema principal de la composición, formado por tres jóvenes muchachas en procesión que visten chitón e himation. Abre el cortejo una joven en agitada danza, acompañada de otra que tañe una cítara y una última que vuelve la cabeza. En conjunto, la composición parece derivar del modelo de procesión ceremonial plasmado en los frisos del Partenón, ahora reelaborado. En este caso, podrían representar a musas y una ménade. El lado opuesto está ocupado por el símbolo de Júpiter, un águila. Ésta aparece de frente, con las alas semiabiertas y con sus garras arqueadas sobre un promontorio rocoso, siguiendo modelos que también encontramos en ciertas gemas y camafeos.

Ara de Juno

     Tiene una altura total de 91 cm y se conserva en dos fragmentos. En el campo relivario, de 65,5 cm, se representa un cortejo de tres muchachas con sus manos entrelazadas. En este caso, a la indumentaria clásica, compuesta de chitón e himation, hay que añadir el pañuelo que recoge parte del cabello de la figura que conduce el cortejo. La composición deriva de un tipo iconográfico propio de los talleres neoáticos de finales del siglo V a.C., siendo así evidentes los paralelos con algunas de las figuras del templo de Atenea Niké y su parapeto. Parecen representar a las Cárites o Gracias, Aglaya ('Resplandeciente'), Eufrósina ('Alma bella') y Talia ('Floreciente'), diosas de la belleza, alegría y abundancia. Completa la escena el símbolo de Juno, el pavo real, aquí representado de perfil, avanzando hacia la izquierda.

Ara de Minerva

Tiene una altura total de 91,5 cm y un diámetro en la base de 60 cm. En este caso, el campo relivario, de 65 cm, está ocupado por tres figuras femeninas danzantes y el símbolo de Minerva. En el caso de la joven que abre el cortejo, porta en su mano izquierda un haz de espigas y flores, quizá amapolas, en tanto que en la derecha, una flor que brota de una rama de hojas lanceoladas. Vestidas con chitón e himation, también en este caso encontramos una pañoleta para recoger el cabello en el caso de la figura central. Por otro lado, la figura que cierra el grupo agita con sus manos sendas ramas, quizá de mirto, hoy prácticamente perdidas. Podrían representar a Horai, con sus atributos florales indicativos del cambio estacional (Primavera, Verano, Invierno), según modelos de finales del siglo V a.C. Como señala Hesíodo, sus nombres, Eunomia, Dice e Irene, no son otra cosa que sus atributos: 'Buen gobierno, Justicia y Paz', ahora emblemas de los nuevos tiempos augústeos. Completa el relieve el símbolo de Minerva, una lechuza, aquí representada sobre una roca con la cabeza de frente, el cuerpo girado ligeramente hacia la derecha y sus alas recogidas.