Material bélico y metales

    El botín que obtuvo Escipión en Qart Hadast fue muy importante, tal y como describió, minuciosamente, Tito Livio. Incluía, en lo que a pertrechos militares se refiere, 120 catapultas de las más grandes, 52 pequeñas; un extraordinario, según el autor citado, número de escorpiones grandes y pequeños y de armas ofensivas y defensivas, así como 72 enseñas. A este armamento hay que sumar una considerable cantidad de oro y de plata; 276 páteras de oro, casi todas de una libra de peso; 18.300 libras de plata trabajada o acuñada y gran cantidad de vasos de ese mismo material.

    También encontraron las tropas de Escipión durante el saqueo de la ciudad 50.000 modios de trigo y 270.000 de cebada. En el puerto se capturaron 73 naves, algunas, incluso, con su cargamento, que se componía de trigo, armas, cobre, hierro, velas, cordajes de esparto y otros materiales necesarios para el equipamiento de las flotas.

    Prisioneros

    A este botín hay que añadir los cerca de 10.000 prisioneros que hizo el ejército romano, de los cuales Escipión concedió la libertad a los naturales de la ciudad. Unos 2.000 artesanos que había en Qart Hadast fueron declarados esclavos del pueblo romano pero prometiéndoles la libertad si servían con fidelidad a Roma. Con los demás prisioneros Escipión reforzó a las tripulaciones de la flota de Cayo Lelio.

    Respecto a los rehenes que mantenían los cartagineses en el interior de la ciudad, más de 300, los devolvió a sus lugares de origen, con lo que se ganó el favor de los pueblos íberos que ya, de hecho, eran poco propicios a la causa púnica.