Dibujo de insulae [Carthago Nova]
Dibujo de insulae
Maqueta de Tabernae en Carthago Nova [Carthago Nova]
Maqueta de Tabernae en Carthago Nova

     Las insulae de Carthago Nova eran viviendas colectivas en las que habitaban los ciudadanos de clase media y baja de la sociedad romana, conocido comúnmente como la plebe. Se trataba de edificios de hogares colectivos formados por varios pisos con pequeñas casas normalmente ocupadas en régimen de alquiler.

    Su origen en la Península Itálica se remonta al siglo II a.C., inspirándose en la Cámara Alta de Carthago y extendiéndose masivamente en las calles romanas durante la época imperial. El nacimiento de este tipo de edificios vino propiciado por tres motivos principalmente: el aumento de la población, la necesidad de alojamientos en los núcleos urbanos y el encarecimiento del suelo en el interior de las ciudades.

    La especulación que algunos hombres de negocios llevaban a cabo con estas edificaciones hizo que su calidad, tanto en materiales como en sistemas constructivos, se resintiera. De esta forma la gran mayoría de ellas carecía de los servicios mínimos de agua potable o baños, obligando a sus habitantes a frecuentar baños públicos y fuentes de la ciudad, aunque en los meses invernales precipitar agua sucia o excrementos por las ventanas se convertía en una situación bastante recurrente.

    Durante el inicio de la época imperial se construían con ladrillos y cemento. No obstante, debido a intereses privados, los materiales utilizados pasarían a ser de mala calidad y los intentos de elevarlas para abarcar un mayor número de ellas en una sola manzana acabaron en ocasiones en derrumbes o grandes incendios. Debido a estas circunstancias la altura de los edificios intentó regularse, aunque sin mucho éxito. Un ejemplo de ello lo llevó a cabo Julio Cesar, aún en tiempos de la república, limitando su altura a ocho plantas. El arquitecto romano Vitruvio durante el siglo I a.C. hablaba de estas viviendas en los siguientes términos: se levantan varios pisos con numerosos entramados, que logran como resultado unas viviendas altas de enorme utilidad. Por tanto el pueblo romano adquiere viviendas magnificas, sin ningún obstáculo, a partir de superponer unos pisos sobre otros.

    Estructura de las insulae

    Según su estructura y la utilidad de las plantas bajas podían diferenciarse dos tipos:

    Un primer tipo en el que la planta baja se utilizaba para tabernas o comercios, quedando en el entresuelo las viviendas de los trabajadores de estos establecimientos y dividiéndose los pisos superiores en departamentos habitables.

    Un segundo tipo, semejante a algunos edificios actuales, en el que desde la calle se accedía a un patio interior o jardín a través de pasillos situados en una de sus fachadas (también podían contar con varias entradas). Desde este espacio se pasaba a las puertas de las casas.

    No obstante, en los dos modelos de insulae los pisos superiores se convertían en un auténtico laberinto de pasillos y escaleras verticales que hacían muy complicado el acceso y la salida de las diferentes estancias, incluso debiendo atravesar diversas casas hasta llegar a la propia. Debido a ello las situaciones peligrosas como incendios o derrumbes eran muy temidas. Tras el gran incendio de Roma en época de Nerón los materiales de las insulae aumentaron de calidad y también la separación entre manzanas ya que una de las causas principales de la propagación del fuego había sido el efecto domino que provocaron estas edificaciones al incendiarse una tras otra.