Este documental reconstruye en formato 3D el esplendor histórico de Begastri. Este poblado nació en el siglo IV a.C. en el Cabezo de Roenas, situado en la margen derecha del río Quípar. La ciudad íbera de Begastri recibió las influencias de los fenicios y griegos, reflejadas en la producción cerámica.

   La conquista romana de Hispania supuso para Begastri su revalorización con su conversión en municipio, la construcción del foro, villas rústicas para los colonos llegados desde Roma, la muralla y el acueducto para el abastecimiento de agua a la población. Los cultivos begastrenses estaban basados en la trilogía mediterránea: trigo, vid y olivo. La religión cristiana legó su huella en la ciudad con la aparición de sarcófagos paleocristianos del siglo V d. C.

   Los visigodos sucedieron a los romanos en el poder y mantuvieron el esplendor de la ciudad. Los bizantinos anexionaron la ciudad en el siglo VI d. C. y reconstruyeron la muralla en su intento de reconquistar Hispania y restaurar el Imperio Romano de Occidente. Los visigodos recuperaron el control sobre Begastri y la convirtieron en sede episcopal, cuyo templo principal era la Basílica de San Vicente.

   La dominación bizantina nos ha legado las cruces de bronce con el monograma de Cristo y las letras alfa y omega en sus brazos. La conquista musulmana en el siglo VIII d. C. supuso para Begastri el inicio de una lenta decadencia con el abandono progresivo de la ciudad y la destrucción de sus murallas.