La actividad minera en el Sudeste peninsular, cuyo origen se remonta a la Edad del Bronce, continuó durante la época púnica. Se inició la explotación sistemática de las minas de Mazarrón y Cartagena. Diodoro de Sicilia, historiador griego del siglo I a.C., y autor de la Bibliotheca Histórica, describía la puesta en marcha de muchas minas en el Sudeste y cómo éstas eran la base de su potencia militar, puesto que permitía los pagos a su ejército (ninguna de las minas es de explotación reciente, por el contrario todas fueron abiertas por la codicia de los cartagineses en la época en que eran dueños de IberiaI, V-36,37).

  Durante el último cuarto del siglo III a.C., la presencia púnica en Mazarrón se multiplicaría gracias a la explotación de sus recursos mineros y a la proximidad con el puerto de Cartagena. A este respecto, es destacable el gran número de yacimientos con presencia de materiales púnicos asociados a la minería o transformación metalúrgica en Mazarrón desde el siglo IV a.C. hasta finales del III a.C., lo que parece corroborar que la minería debió ser la principal actividad productiva, continuando una labor iniciada en el Bronce Argárico y que, tras la Segunda Guerra Púnica, los romanos continuarán sometiéndola a una profunda reforma administrativa y control, que convirtió Mazarrón en un gran y rentable coto minero.

  El comercio con el mundo púnico había sido ya atestiguado en la época prebárquida (siglos IV-III a.C), gracias a las cerámicas halladas tanto en asentamientos costeros, como Punta de Gavilanes, Playa de la Isla o Caraleño (junto a la rambla de Villalba) como en yacimientos del interior, dedicados a la extracción y transformación del mineral, como Loma de Sánchez o Fuente Pinilla.

  El yacimiento de Fuente Pinilla es un ejemplo de la importancia estratégica de esta zona en época púnica y, posteriormente, en época romana. En el yacimiento se excavaron varias habitaciones, arrasadas por actuaciones clandestinas y labores agrícolas, cuyo momento inicial se fecha en el último cuarto del siglo III a.C. Se emplaza en una vía natural de comunicación entre el Campo de Cartagena y la zona de Mazarrón y que formó parte del trazado de la vía Augusta, que unía Carthago Nova con Lorca. Muestra el interés por parte de los romanos de mantener una red de comunicaciones, que parece tener su origen en la presencia púnico-bárquida en la Península Ibérica, quienes establecieron una importante red viaria asociada a una amplia reestructuración urbana y en la cual el entorno de la sierra minera de Mazarrón, sus minas e industrias metalúrgicas jugó un papel importante. Si bien la industria minero-metalúrgica debió ser la principal fuente de riqueza de Mazarrón en este período, no fue la única, la industria de la sal (las salinas se localizaban en la laguna interior de la Bahía de Mazarrón) o del esparto son algunos ejemplos.